"Pido perdón a las perjudicadas y a mi familia". José F.R., de 62 años de edad, se confesó ayer culpable de la agresión sexual cometida sobre dos chicas que en el momento de los hechos eran menores de edad. Una de ellas, además, fue obligada a ejercer la prostitución en un local de alterne de Palma. El acusado debía responder ayer de un rosario de delitos que le imputaba la fiscalía, que pedía que cumpliera una condena de 42 años de prisión. Ante la gravedad de la situación, el abogado optó por alcanzar un acuerdo con la fiscal. El pacto obligaba a una declaración de culpabilidad, a cambio de una reducción drástica de la pena de prisión. El acuerdo se cerró con una condena de cinco años y seis meses de prisión, una pena muy inferior a los 42 años que pedían inicialmente. El acusado, aunque defendía que no había hecho nada grave y que era inocente, finalmente aceptó la culpa e incluso pidió disculpas a la Sala. Antes de que se concretara este pacto, el hombre había indemnizado a las dos perjudicadas.

El tribunal se limitará a dictar una sentencia condenatoria por unos hechos que se iniciaron en el año 2009. El acusado conoció a una chica menor de edad. Tenía 16 años. La convenció para que ejerciera la prostitución y que lo hiciera además en el local que él dirigía. En una ocasión la menor se negó a mantener relaciones con un cliente. Según el relato del fiscal, el hombre la amenazó con contar por el barrio a qué profesión se dedicaba, al tiempo que la cogió del brazo y la lanzó contra la pared. La chica, ante esta situación de violencia, se asustó y siguió ejerciendo la profesión, al menos, durante un mes más.

Al margen de su trabajo en el club de alterne, la víctima fue obligada casi a diario a mantener relaciones sexuales con el acusado. Si en alguna ocasión se negaba, el hombre la agarraba por el pelo y le repetía que iría diciendo por el barrio que era prostituta. Al final, el agresor conseguía satisfacer su deseo sexual.

A la otra víctima, de 17 años de edad, la conoció a finales del año 2011. La menor también mantuvo relaciones sexuales con el acusado, que en más de una ocasión tuvo que utilizar la violencia. La chica llegó a sentirse totalmente dominada por José F.B., que cada vez que deseaba mantener relaciones solo tenía que pedírselo a la menor y ella acudía de inmediato a su domicilio. El hombre le decía a la adolescente que si no cumplía sus deseos le diría a sus padres que se estaba prostituyendo. Y por si fuera poco también le anunciaba que su familia tendría graves problemas, ya que eran personas de color.

Encerrada

Una de las menores denunció en su momento que el acusado la tuvo encerrada en su domicilio durante 20 días. Le quitó todas sus ropas, la dejó en pijama y cuando se marchaba, el acusado cerraba la puerta y aplicaba un código de seguridad para que no huyera. Sin embargo, estos hechos finalmente no se han demostrado que fueran ciertos y la fiscal retiró la acusación.

Sin embargo, lo que sí se ha demostrado es que el acusado guardaba un importante alijo de droga en su domicilio. Cuando se realizó un registro en el inmueble se hallaron seis dátiles de cocaína y seis bolsitas de la misma droga. También guardaba repartidas por la casa varias bolsas con cannabis. El acusado pudo demostrar ayer su condición de toxicómano, lo que permitió que le aceptaran una atenuante. La fiscalía, inicialmente, también le acusaba de proporcionarle droga a las dos menores, tanto cocaína como hachís, pero estos hechos tampoco se han demostrado.

El hombre, antes de que se celebrara el juicio, indemnizó a las dos víctimas. La fiscalía reclamaba que cada menor recibiera 3.000 euros de indemnización por el daño moral que sufrieron como consecuencia de esta desagradable experiencia. El acusado se encuentra en estos momentos en libertad. De hecho, ni en el momento de su detención llegó a ingresar en la cárcel. Pero ahora tendrá que hacerlo tras confesarse culpable de estos hechos.