Sobre las tres y media de la tarde del pasado 2 de diciembre, Malén Ortiz comunicó por teléfono a su padre que se dirigía a casa de su novio en Son Ferrer. El trayecto lo inició a pie desde Magaluf. Su hermano pequeño, Hugo, hizo el camino inverso en bicicleta. Nunca se encontraron. Desde entonces, sa Porrassa se ha convertido en la ´zona cero´ de la investigación de la desaparición de la adolescente.

Las cámaras de videovigilancia de sa Porrassa grabaron a la menor andando por el lugar. A partir de entonces, la adolescente parece haberse volatilizado. Su rastro se pierde por completo. Después de innumerables pesquisas, los investigadores de la Guardia Civil han acotado un área de unos 500 metros por donde se presume que pasó la menor tras su completa desaparición.

En el epicentro de las pesquisas se encuentra una casa abandonada donde permanece estacionado un Mercedes de color blanco. Una cadena y un candado impiden el acceso al interior del recinto. Al parecer, una persona ha ´okupado´ este lugar en los últimos meses.

El grueso de las labores de rastreo en busca de algún indicio que conduzca hasta la adolescente desaparecida se ha centrado en este punto. Los guías caninos de la Guardia Civil y los Bombers de Mallorca han desplazado a sus respectivos animales a buscar algún indicio de la menor.

Los investigadores del Instituto Armado han recogido infinidad de muestras en este punto. Todas ellas las han remitido al laboratorio para ser analizadas. Todavía se encuentran pendientes de los resultados y si estos concluyen que hay algún indicio de Malén Ortiz.

Una de las últimas decisiones acometidas en este punto fue la de desbrozar los matorrales que copaban esta zona. Efectivos de Protección Civil provistos de motosierras se encargaron de esta tarea. El objetivo era el de dejar al descubierto toda esta parcela.

Batidas meticulosas

Las batidas se volvieron mucho más meticulosas que en días anteriores. El rastreo se ha efectuado palmo a palmo sin dejar apenas ningún resquicio de este punto por examinar.

Las operaciones se han complementado con la ayuda del helicóptero de la Guardia Civil. La aeronave ha sobrevolado toda esta zona para tratar de otear cualquier indicio que pudiera haber pasado por alto a ras de suelo.

A medida que han pasado las semanas desde la desaparición de Malén, la hipótesis de una fuga voluntaria se ha ido debilitando y ha cobrado más fuerza la teoría de que la ausencia de la menor se debe a una marcha forzosa. La infinidad de llamadas que ha ido recibiendo la Guardia Civil de personas que aseguraban haberla visto han demostrado no ser ciertas. No obstante, la práctica totalidad de estas pistas se han examinado hasta que se ha comprobado que no eran fiables.

Tras realizar innumerables pesquisas, este área que abarca unos 500 metros entre Magaluf y Son Ferrer con el centro en sa Porrassa es la que ocupa un lugar hegemónico en la investigación de la desaparición de la adolescente.

Todas las muestras que se han recabado en la parcela y en un caserón que se encuentra enclavado en el lugar se han remitido a un laboratorio en Madrid. La investigación de la Guardia Civil se encuentra pendiente de los resultados de los análisis antes de decidir cuál será el siguiente paso. En cualquier caso, todo se centra en la ´zona cero´ de la investigación.