La Guardia Civil ha desarticulado dos bandas que se dedicaban al robo y posterior venta de teléfonos móviles en sendas operaciones en Llucmajor que se han saldado con un total de doce detenidos, la incautación de 117 de estos aparatos y el esclarecimiento de cincuenta hechos delictivos.

Según informa la Guardia Civil, la primera operación tuvo lugar el lunes cuando fueron arrestadas cuatro personas de nacionalidad pakistaní que se dedicaban a la compra de terminales móviles de última generación y material electrónico procedentes de hurtos y robos.

Posteriormente la organización enviaba fuera de España los efectos adquiridos o los vendían.

Esta banda se dedicaba igualmente a un nuevo modo de estafa bancaria utilizando las tarjetas SIM de los teléfonos móviles para acceder a las cuentas bancarias vinculadas a los contratos de las mismas.

Una vez que las desbloqueaban mediante un software informático tenían acceso a todos los datos bancarios del titular del teléfono, haciendo ingresos en las cuentas corrientes del jefe de la organización.

Se realizaron dos registros domiciliarios y otro en un locutorio, todos ellos en la localidad de S'Arenal de Llucmajor, lugares en los que se intervinieron 43 terminales móviles, ordenadores, cámaras de fotos y material electrónico por un valor de unos 15.000 euros.

Con esta operación la Guardia Civil ha conseguido el esclarecimiento de más de cincuenta hechos delictivos cometidos principalmente en zonas de ocio de Magaluf.

La segunda operación tuvo lugar el martes, cuando fueron detenidas ocho personas de la otra banda, dedicada al robo de móviles, extorsión y receptación.

Los agentes iniciaron la investigación a principios de verano y descubrieron que el grupo se encontraba perfectamente estructurado y organizado, dedicándose una parte a robar en multitud de lugares como playas y parques acuáticos, otros a extorsionar y coaccionar a ciudadanos que se veían involucrados en la posterior adquisición de terminales móviles y que se demoraban en sus pagos y otros recibían gran cantidad de objetos.

Uno de los integrantes del último escalón era técnico informático que aprovechaba su conocimiento tecnológico para liberar y modificar teléfonos para que no fueran localizados por sus propietarios.

Trabajaba en una tienda de S'Arenal a la que muchas personas acudían cuando se encontraba ofreciendo teléfonos, si bien el establecimiento no forma parte de la trama.

Hasta el momento han sido detenidas ocho personas aunque la operación continúa abierta y no se descartan más arrestos.

Además de los 117 teléfonos móviles se han incautado 19 vídeo-consolas portátiles y diverso material informático.

También se imputa al técnico informático un delito contra la propiedad industrial, dado que proporcionaba señal modificada de canales de televisión privada a través de internet.