Si alguno de ustedes pensaba que el titular es digno de una película porno... ha acertado. Nos situamos. Once de la mañana del pasado día 11. Los trabajadores de un edificio de oficinas ubicado en el centro de Palma, cerca de la plaza de los Patines, se agolpan frente a las ventanas. Al otro lado del patio tienen la parte trasera del Instituto de Medicina Legal, dependiente del ministerio de Justicia, en un moderno inmueble de la calle Parellades que comparte con los juzgados de lo contencioso-administrativo. Y en una de las dependencias de esta solemne sede judicial se está celebrando un espectáculo digno del Bagdad Café. La pareja está de perfil a la ventana, al parecer ignorante del numeroso público que sigue sus evoluciones. Él está completamente desnudo, mientras que ella solo conserva puesto el sujetador. Están de pie. Ella apoya los brazos sobre la mesa del despacho, mientras que él la acomete por la espalda. No crean que fue una cosa rápida. Los testigos permanecen en las ventanas durante un buen cuarto de hora, tiempo en el que hubo varios cambios de postura, y varios de ellos tienen tiempo sobrado para sacar sus teléfonos e inmortalizar la tórrida escena.

En los días siguientes los rumores sobre la identidad de los protagonistas del escarceo han corrido como la pólvora y han despertado el interés de los más altos estamentos de la judicatura. Y la cosa no ha quedado así. Las ventanas de los despachos de la Clínica Forense, donde se desarrolló la escena, carecen de cortinas, pero los cristales han sido sometidos de forma urgente a un proceso de tintado para proteger el interior de las dependencias frente a miradas indiscretas. Y los trabajadores que fueron testigos de la escena han recibido serias advertencias de sus superiores para que borren las grabaciones. Como si fueran ellos los responsables del refocile en unas dependencias públicas en pleno horario de trabajo. Estos vídeos todavía darán mucho que hablar.

Una posesa en el juzgado

El viernes al mediodía se celebraba un juicio contra una mujer acusada de vender Trankimazines en la Porta de Sant Antoni. El fiscal pide para ella un año de prisión y su abogada, Inés Salvà Garcias, la libre absolución. La procesada, visiblemente alterada, no para de hablar en el banquillo, hasta que la magistrada la expulsa. En el pasillo se va exaltando más por momentos y empieza a proferir gritos. Un vigilante y un policía intentan tranquilizarla, pero la mujer ya parece poseída como la niña del Exorcista. Grita y se enfrenta a los agentes, que la tienen que reducir y meterla en los calabozos. El juicio se celebró sin ella, y cuando finalizó, la jueza ordenó que la dejaran libre. La mujer salió a la calle profiriendo todavía gritos y amenazas contra los policías.

El superhéroe de vía Alemania

El pasado miércoles hubo una violenta pelea frente a los juzgados de Vía Alemania, en la que dos jóvenes agredieron a otro. Uno de los primeros en llegar al altercado fue Primo, el conocido miembro de la seguridad de las dependencias judiciales, que se apresuró a llamar a la Policía y a una ambulancia, para atender al herido. Entonces, un viandante se dirige a él, incrédulo ante la idea de que necesitase ayuda. "¡Pero si usted es el Primo!", le dice. Quizá esperaba que se metiera en una cabina y saliera con un vistoso traje azul y rojo.

Obras en la planta noble

Las obras para retirar el amianto de la Jefatura de la Policía Nacional de Palma han llegado a la segunda planta, donde se ubican los despachos del jefe superior y la cúpula policial. Los andamios ocupan los pasillos y los muebles han sido cubiertos con plásticos para resguardarlos.

Fuga de gas: susto en s´Arenal

Varias dotaciones de los Bombers de Palma y la Policía Local acudieron ayer por la tarde a la calle Pins de s´Arenal, donde se había producido una fuga de gas. Los bomberos se encontraron con una fuga considerable, por lo que desalojaron varios inmuebles y cortaron el suministro a cuatro casas, a la espera de que técnicos de Gesa solventaran la avería. El espectacular despliegue de los cuerpos de seguridad obligó a cortar la calle durante más de una hora.