Espectacular vuelco de una sentencia frente a la acusación del fiscal contra los padres y abuelos de unos niños a los que les acusaban de agredirlos sexualmente. Frente a los 115 años de prisión que solicitaba el representante del ministerio público, el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma decidió absolver a todos ellos a excepción del abuelo. A este último le condenó a cinco años y cuatro meses de prisión por dos delitos de abusos sexuales.

Durante la vista celebrada el pasado mes de octubre, ya hubo un significativo giro de los acontecimientos. El hijo, que ahora cuenta con 19 años de edad, se retractó de su acusación y negó durante el juicio que sus padres y abuelos hubieran abusado de él.

El principal testigo de cargo aseguró ante el tribunal que se inventó los hechos por rencor y por odio al sentirse desamparado. En esa época había pasado por un centro de menores y había sido dado en acogida. El entonces menor no aceptaba esta situación y decidió rebelarse contra sus padres y abuelos. Hasta el punto de que expresó su deseo de no querer volver más junto a ellos.

La sentencia establece que entre 1998 y 2002 el niño de cinco años y sus hermanas de uno y dos años se encontraban al cuidado de sus padres y abuelos. La resolución absuelve a todos ellos de los presuntos abusos sexuales a excepción del abuelo.

Sobre el abuelo, la sentencia establece que cuando se encontraba al cuidado de sus dos nietas en su casa de Felanitx, entre 1999 y agosto de 2002, se cometían los abusos. Aunque no concreta con exactitud las fechas, la resolución judicial recoge que el hombre, que contaba entonces con 55 años, "les pellizcaba, manoseaba y tocaba por todo el cuerpo, incluidos los orificios anal y vaginal" a sus nietas de uno y dos años de edad.

Como consecuencia de los abusos, los tres menores presentaron secuelas que precisaron de tratamiento psicoterapéutico que fue llevado a cabo por especialistas del Servicio de Infancia y Familia del Consell de Mallorca.

La Conselleria de Asuntos Sociales del Consell de Mallorca declaró el 5 de septiembre de 2002 la situación de desamparo. La institución atribuyó esta situación a la "negligencia" en el cuidado de los niños y asumió la tutela de los tres menores.

Negación de la acusación

Durante el juicio, los padres y abuelos de los menores, defendidos por los letrados Juan Carlos Rebassa y Miguel Mir Allende, salieron al paso de las graves acusaciones de abusos sexuales. "Todo es mentira", "es incierto", "nunca le he tocado", "nunca he prostituido al niño", señalaron.

Los dos abogados defensores pidieron la absolución de los cuatro acusados. Máxime después de la declaración del menor en la que se retractaba de los supuestos abusos sexuales cometidos por sus padres y abuelos. El tribunal de la Audiencia Provincial estimó su solicitud con la única salvedad del abuelo.

La sentencia condenó a este último a cinco años y cuatro meses de prisión como responsable de otros tantos abusos sexuales a sus dos nietas. También establece que debe abonar 2.000 euros a cada una de las niñas en concepto de responsabilidad civil. Asimismo, la resolución judicial decreta la prohibición de acercarse a sus nietas a menos de un kilómetro en un plazo de cinco años.