Un hombre condenado por un caso de malos tratos en Palma ingresó ayer en prisión tras espetar al juez, que le había impuesto una orden de alejamiento y trabajos en beneficio de la comunidad, que si no le encarcelaba iba a asesinar a su expareja. El acusado, aficionado al boxeo y que había sido detenido por acosar durante varias semanas a la mujer, a la que llamaba de forma constante, montó en cólera tras conocer que el fallo le impedía acercarse a ella. "O me mete en prisión, o la mato", clamó mientras golpeaba un banco del juzgado. El magistrado decidió entonces ordenar su ingreso inmediato en prisión.

El hombre fue sometido ayer a un juicio rápido en un juzgado de violencia sobre la mujer en Vía Alemania, en Palma. Todo partió de una denuncia de su antigua compañera sentimental. La mujer acudió hace unos días a la Policía para explicar que su expareja estaba acosándola. Según dijo, llevaba casi un mes llamándola a todas horas, al parecer para convencerla de que reanudaran la relación.

La mujer aseguró a los policías que temía por su integridad física y detalló que el hombre practica boxeo, deporte al que es muy aficionado.

Los agentes encargados del caso pusieron en marcha una investigación, que culminó hace unos días con la detención del acusado. La causa fue instruida por un juzgado de violencia sobre la mujer de Palma, donde ayer se celebró un juicio rápido por estos hechos.

Alejamiento y trabajos

Tras la vista, el magistrado dictó sentencia condenatoria por un delito de malos tratos en el ámbito familiar. En el fallo, impuso al hombre una orden de alejamiento para impedirle que se acerque a la víctima y que se comunique con ella por cualquier medio, a fin de evitar que siga acosándola. Además, la sentencia le obliga a realizar trabajos en beneficio de la comunidad.

El hombre no se tomó bien esta decisión, especialmente el hecho de no poder acercarse ni contactar con la mujer. Ya condenado, comenzó a gritar que iba a asesinar a su expareja y a pedirle al juez que lo encarcelara si no quería que cometiera el crimen. "O me mete en prisión, o la mato", gritó al tiempo que daba patadas a un banco del edificio judicial de Vía Alemania a modo de protesta.

Ante la insólita petición del hombre, el magistrado y el fiscal reaccionaron con rapidez. El juez ordenó de inmediato el ingreso en prisión del acusado, que fue trasladado al centro penitenciario a última hora de la mañana.