­El fiscal solicita una pena de 27 años y medio de cárcel para un hombre de 38 años que, según la acusación, mató a su padre en Lloret de Mar (Girona), le robó la tarjeta de crédito y el coche, lo metió en una bolsa y la escondió en un armario, donde dejó que se pudriera. A la víctima no la localizaron hasta más de dos semanas después, cuando el dueño del piso, extrañado porque no sabía nada de su inquilino, fue a la casa y halló el cadáver.