La Audiencia Provincial ha condenado a siete años y medio de prisión a un hombre que apuñaló a otro en el corazón tras una pelea en la Porta de Sant Antoni, en Palma. El acusado asestó dos navajazos en el pecho a la víctima, que sufrió un paro cardiaco y estuvo a punto de morir. El tribunal entiende que atacó a su rival por sorpresa y con intención de acabar con su vida, y no para defenderse de los golpes que este le propinaba con una muleta, como alegó durante el juicio.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 10 de septiembre de 2011, según declara probado la sentencia. El acusado, de origen marroquí y que se encuentra en España en situación irregular, inició una discusión con un compatriota, al que insultó y propinó un puñetazo en la cara. La víctima, que llevaba una pierna escayolada, respondió dándole un golpe con una muleta. Así comenzó una pelea en la que mediaron varios testigos, que se interpusieron entre ellos y lograron separarlos.

Concluida la riña, el acusado fue a buscar una mochila que había dejado a varios metros y rebuscó en el interior hasta encontrar una navaja multiusos que llevaba. Con el arma en la mano, se dirigió hacia su rival, que se marchaba ya de lugar caminando con las muletas, y de forma sorpresiva le asestó dos puñaladas en el pecho.

La víctima cayó desplomada al suelo, quedó inconsciente y sufrió un paro cardiaco. Un testigo intentó retener al agresor, pero este le mostró la navaja y amenazó con matarlo si intentaba impedirle que huyera. Acto seguido, se marchó del lugar en bicicleta, jactándose de haber acabado con la vida de su rival.

La Policía Nacional practicó los primeros auxilios de reanimación al herido hasta que llegó la ambulancia. Una de las cuchilladas le alcanzó el pericardio y el filo de la navaja quedó incrustado entre sus costillas. Fue intervenido de urgencia en Son Espases y estuvo hospitalizado 10 días. Los médicos aseguraron que de no ser por la rápida intervención médica, habría muerto.

La sección primera de la Audiencia considera que el acusado actuó con intención de matar a la víctima y le impone siete años y medio de cárcel por intento de homicidio. Además, le obliga a indemnizar al afectado con 9.000 euros por las lesiones y las secuelas estéticas fruto de la intervención quirúrgica a la que fue sometido.