El incendio forestal declarado el viernes en Son Vida se dio ayer por controlado después de arrasar 9,1 hectáreas de masa forestal. Los servicios de extinción confían en que puedan dar por sofocado el fuego en los próximos días.

El fuego se inició en la tarde del viernes. La posible acción de un incendiario planeó sobre el origen de las llamas. De hecho, Guardia Civil y Policía Local de Palma instalaron controles para interceptar a cualquier sospechoso que salía de la zona del incendio poco después de comenzar.

Así, los agentes de la Policía Local interceptaron entre las tres y media y las cinco y cuarto de la tarde del viernes a 16 personas que acababan de salir de la zona del incendio. Un total de 15 quedó acreditado que participaban en la reforma de una caseta en Na Burguesa. En cambio, otro individuo visiblemente nervioso sí despertó las sospechas. Sus datos fueron remitidos por si había sido avistado cerca de otros incendios.

Dos brigadas terrestres del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat) permanecían ayer en la zona acotando la zona afectada. Los efectivos lograron delimitar el área para que las llamas no la traspasaran. Los medios aéreos se retiraron el mismo viernes del lugar después de descargar cientos de litros de agua para frenar el avance de las llamas. Asimismo, las dotaciones de los bomberos de Palma regresaron la noche del viernes al parque después de participar en las tareas de extinción. Un total de 36 efectivos y cinco vehículos se movilizaron hasta el lugar del siniestro.

Estaba previsto que un avión provisto de infrarrojos sobrevolara la zona afectada en busca de otros puntos de calor susceptibles de reavivarse.