­Un hombre aceptó ayer al mediodía en un juzgado de Palma penas que suman tres años y tres meses de prisión por los delitos de hurto, robo y estafa por haber sustraído a finales de 2010 once vehículos, la mayoría estacionados en el aparcamiento del aeropuerto de Son Sant Joan, con los que circulaba por la isla y luego repostaba gasolina sin llegar a pagar. El sospechoso durante la segunda mitad de 2010 acudió a una veintena de estaciones de servicio de Mallorca y defraudó más de 1.900 euros en combustible, ya que se daba a la fuga tras llenar el depósito.

El imputado ayer confesó los hechos y se conformó con las penas que reclamaba la fiscal. La magistrada le condenó por un delito continuado de hurto, otro continuado de hurto de uso de vehículo en concurso con robo y también por estafa. Además, la jueza apreció la circunstancia atenuante de toxifrenia y fijó una indemnización de más de 10.900 euros para los dueños de los vehículos que fueron sustraídos por los desperfectos ocasionados y otros 1.930 euros por la gasolina estafada a las gasolineras.

El hombre empezó a actuar en abril de 2010 cuando se apoderó de un ciclomotor. Los meses posteriores se hizo con otras dos motocicletas y, a partir de noviembre, sustrajo cerca de una decena de coches y furgonetas. Muchos de estos vehículos estaban en el aparcamiento del aeropuerto de Palma. El sospechoso circulaba con los automóviles y se dirigía a multitud de gasolineras donde repostaba y se daba a la fuga sin pagar por el combustible.