Quince acusados de integrar una banda de narcotraficantes, la mayoría de origen dominicano, confesaron ayer en la Audiencia de Palma en el primer día de juicio haberse dedicado a traficar con cocaína en Eivissa a mediados de 2010. Todos los imputados reconocieron los hechos ante el tribunal y dijeron mostrarse arrepentidos. Incluso, varios de ellos pidieron perdón en público. "Estoy conforme con la acusación, pero no con la pena que pide la fiscal", repitieron los encausados en la primera sesión de la vista.

Los sospechosos se enfrentan a penas que oscilan entre los seis y los tres años y medio de prisión por un delito contra la salud pública por presuntamente dedicarse a la introducción y distribución de cocaína en la isla de Eivissa. Los supuestos narcotraficantes utilizaban a ´correos´ para transportar la droga hasta la mayor de las Pitiüses y luego la vendían a otros acusados o directamente a consumidores, según la fiscalía. Ayer los quince imputados admitieron que entre la primavera y el verano de 2010 traficaban con estupefacientes.

Una gran mayoría mostró su arrepentimiento y alegó que en las fechas de los hechos eran consumidores de cocaína. La intención es lograr que la sala aprecie las circunstancias atenuantes de colaboración con la justicia y toxifrenia. Además, los letrados defensores solicitaron ante el tribunal la nulidad de los pinchazos telefónicos de la causa para que les reconozcan la vulneración del derecho fundamental a las comunicaciones también como atenuante. El objetivo es conseguir una condena muy inferior a la que reclama la fiscalía gracias a estas circunstancias atenuantes.

Por su parte, la fiscal se opuso a la nulidad de las intervenciones telefónicas al considerar que están bien fundamentadas y que el procedimiento, conocido como la ´Operación Furia´, no deriva de un desglose de otra causa.

Dos imputadas que fueron sorprendidas en el aeropuerto de Eivissa, procedentes de Madrid, los pasados 2 y12 de junio de 2010 admitieron que transportaban en su organismo 319 gramos de cocaína y 193 gramos, respectivamente, debido a su estado de necesidad. Una de las ´correos´ culpó a otros dos acusados de facilitarle la droga y recordó que tuvo muchos problemas para tragarse la cocaína y que se arrepintió, pero ya no pudo volver atrás. "Me prometieron 3.000 euros. Luego me di cuenta de que estaba embarazada", indicó. Según su versión, necesitaba el dinero para traer a sus hijas a España. La otra supuesta ´correo´ también alegó un estado de necesidad y dijo que no cobró. Otros encausados indicaron que eran consumidores y que se dedicaban al menudeo de cocaína en la isla para poderse pagar su adicción.