El acusado de matar a la estadounidense Laura Cerna en Sevilla confesó todos los detalles del crimen a un amigo, aunque ayer declaró ante el jurado que lo juzga que la mujer se autolesionó hasta la muerte y solo reconoció haber descuartizado el cuerpo porque se asustó.

En su declaración ante el jurado, Antonio G.S., de 31 años, solo accedió a responder a las preguntas de su defensor y relató que la noche del 30 de agosto de 2010 consumió mucho alcohol y cocaína con la víctima, a quien invitó a su casa, y la mujer le insinuó mantener relaciones sexuales.

Cuando él se negó, Laura "se puso fatal", fue a la cocina, cogió un cuchillo y le intentó agredir, sin conseguirlo, añadió. Tras ello, comenzó a golpearse contra la pared y una mesa hasta que se apuñaló a sí misma, según la versión del acusado, aunque el informe de la autopsia apunta a la "etiología homicida clara" de las tres puñaladas en el pecho que recibió la víctima, que trabajaba en Sevilla como profesora de inglés.

Pese a ello, un amigo del acusado relató ayer en el juicio que al día siguiente Antonio G.S. le llamó y le contó "que había hecho una locura", que una mujer extranjera con la que había estado la noche anterior le había intentado agredir con unas tijeras y que la había matado en un forcejeo.

El procesado confesó a este testigo, Ángel S.D., detalles como que había intentado meter el cadáver en una maleta pero no cabía, por lo que separó la cabeza y un brazo, los metió en una bolsa y tiró todos los bultos al río Guadalquivir, en el mismo lugar donde fue encontrado por la Policía, y los utensilios de limpieza en Chipiona (Cádiz).

El testigo, que conocía desde nueve meses antes al acusado, dijo que era "mujeriego, pese a tener novia", y que a él mismo le enseñó vídeos de sus relaciones, por lo que no creía que Antonio G.S. rechazase una propuesta sexual si se le insinuaba una mujer.

El acusado, por contra, mantuvo que consumió ron, vino blanco y rayas de cocaína con Laura Cerna, tras lo cual ella se puso a bailar delante de él, se le insinuó y, al verse rechazada, "se puso fatal", entró en la cocina y cogió un cuchillo con el que intentó agredirle.

A continuación, según el acusado, la mujer empezó a golpearse contra la pared y una mesa y se apuñaló a sí misma. Antonio pidió perdón a la familia y amigos de Laura por su "acto atroz" y dijo que su "único error" fue no llamar a la Policía, lo que explicó porque se puso nervioso.