La Audiencia de Palma ha condenado al organizador de una becerrada en la plaza de toros de Inca a pagar 5.882 euros a un hombre que sufrió una cogida por parte de un cabestro de 450 kilos, cuando en la plaza solo se preveía la presencia de becerros de menos de dos años de edad.

La sentencia de la sección tercera de la Audiencia acepta así el recurso de apelación de la víctima de la cogida, un incidente que se produjo el 30 de julio de 2005 y le causó lesiones por las que fue hospitalizado que le dejaron secuelas físicas y estéticas.

Un tribunal de primera instancia rechazó en una sentencia la demanda del hombre al considerar que aceptó el riesgo de sufrir lesiones al participar en la becerrada y que, además, la acción estaba prescrita, argumentos que desmonta la Audiencia.

Según la resolución del alto tribunal autonómico, si bien el participante aceptó el riesgo de sufrir daños, lo hizo pensando que en la actividad solo participarían becerros, es decir, machos de menos de dos años, y no un cabestro de 450 kilos, tal y como relataron varios testigos.

Este toro apareció en el ruedo "previo anuncio y sin portar cencerro que advirtiera de su presencia, a pesar de tratarse de un animal de mayor corpulencia y agresividad que los que suelen formar parte de este tipo de festejos", relata la sentencia.

Por ello, la Audiencia estima que el organizador del evento sí tuvo responsabilidad en la cogida, ya que actuó con culpa o negligencia. Respecto a la prescripción, dicta que no se produjo ya que deben pasar quince años para ello.

En base a estos argumentos, la sección tercera revoca la sentencia de primera instancia y condena al demandado y a dos aseguradoras a abonar solidariamente 5.882 euros a la víctima en concepto de indemnización.