El fiscal mantuvo ayer su petición inicial de 12 años de prisión para el joven acusado de matar a un turista británico en 2009 en Calvià. Lo hizo después de que los forenses aseguraran, durante la tercera sesión del juicio en la Audiencia Provincial, que la víctima falleció debido al golpe "muy fuerte" que recibió en la nuca con una porra de madera. El jurado popular comenzará mañana a deliberar sobre el caso.

Los médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver de la víctima, Anthony Charnock, explicaron que el hombre murió debido a una fractura en una vértebra que dañó la médula espinal. Según los peritos esta lesión era "mortal de necesidad", pero puntualizaron que "no es raro que la muerte no sea inmediata". "Es la lesión típica del garrote vil", puntualizaron. Así, explicaron que es posible que la víctima, tras recibir el golpe, pudiera seguir de pie e incluso mantener una conversación, tal y como sostiene el acusado, antes de quedar en estado de coma. Los forenses señalaron, a preguntas del fiscal, que de haber sobrevivido la víctima habría quedado tetrapléjica y que el golpe mortal que recibió "pudo ser perfectamente" provocado por la porra de madera con la que el procesado confesó haberla agredido. El perito de la defensa, por su parte, aseguró que es "imposible" que la fractura que le causó la muerte responda a un golpe.

El fiscal mantuvo, a la vista de todas las pruebas recogidas durante el juicio, su relato inicial de los hechos. Así, sostiene que el joven acusado golpeó a la víctima en la nuca con una porra de madera durante una pelea, causándole la muerte dos días después. El ministerio público reclama para él 12 años de cárcel por un delito de homicidio. La presidenta del tribunal entregará mañana al jurado el objeto del veredicto.