Los amigos del Anthony Charnock, el británico que falleció en el verano de 2009 tras ser agredido en Magaluf, explicaron en un primer momento que había sido golpeado por un grupo de prostitutas nigerianas. Así lo aseguraron ayer durante el juicio tanto los responsables del hotel en el que estaban alojados los turistas como los agentes de la Guardia Civil que investigaron lo ocurrido. Los responsables de las pesquisas, sin embargo, señalaron que identificaron a 50 meretrices en las horas siguientes a la agresión y descartaron su implicación en los hechos. Las pruebas, añadieron, apuntaban a que el hombre murió tras una pelea con un grupo de jóvenes españoles, uno de los cuales se sienta estos días en el banquillo de la Audiencia Provincial acusado de homicidio.

La víctima y los dos amigos con los que había viajado a Mallorca estaban alojados en un hotel de Magaluf, junto al que se produjo la agresión. El subdirector del establecimiento explicó ayer durante el juicio que en la madruga del 29 de agosto de 2009 llegó al hotel y vio cómo, en un callejón cercano, "dos chicos intentaban levantar a otro. Uno lo cogió al hombro y lo llevó hasta la recepción", señaló. "Al principio pensé que estaba ebrio, pero luego vi que tenía la cara morada. Estaba mojado, como si se hubiera tirado a una piscina, y tenía un golpe en el costado", relató. Este testigo aseguró que los dos acompañantes del herido le dijeron que había sido agredido "por dos prostitutas negras". El hombre ratificó que eran frecuentes las peleas entre turistas y meretrices, que según dijo se dedicaban a cometer atracos.

El recepcionista del hotel, por su parte, aseguró que vio entrar a un chico con la víctima a cuestas y la dejó en el suelo. "Vinieron a pedirme una ambulancia. Estaban muy alterados", afirmó. El hombre contó también que 40 minutos antes había llegado al establecimiento un cliente con una herida en la cabeza, pero negó que se tratara de la víctima o alguno de sus amigos y desvinculó tajantemente ambos incidentes.

Los agentes de la Guardia Civil que asumieron la investigación del caso contaron también al tribunal popular que las primeras investigaciones apuntaban a que el turista había sido agredido por prostitutas nigerianas durante un robo. Según explicaron, así lo dijeron los amigos de la víctima en un primer momento, por lo que durante la mañana siguiente a los hechos fueron identificadas 50 africanas que solían ejercer la prostitución en la zona. Sin embargo pronto descartaron que estuvieran implicadas en los hechos, ya que hallaron en el bolsillo de la víctima todas sus pertenencias y el relato de sus amigos era contradictorio. Los investigadores llegaron a la conclusión de que no había sufrido ningún asalto y tuvieron conocimiento de que aquella noche se había producido una pelea entre jóvenes españoles y británicos, nueva línea de investigación por la que se acabó deteniendo al principal acusado por el crimen.

El sospechoso, un joven búlgaro que por aquel entonces tenía 18 años, confesó ante el tribunal el pasado lunes que había propinado un golpe con una porra de madera a la víctima durante una pelea, pero alegó que "no tenía intención de hacerle daño". Además, aseguró que vio marcharse al turista británico por su propio pie y en aparente buen estado. Un amigo de la víctima se sienta en el banquillo acusado de lesiones.