­Una mujer aceptó ayer una pena de dos años de prisión por haber cobrado durante casi una década la pensión de su madre tras su fallecimiento. La acusada reconoció los hechos en la Audiencia Provincial de Palma y se comprometió a devolver los 31.000 euros que estafó.

Los hechos se remontan al año 1997, cuando la madre de la procesada falleció. La Seguridad Social no tuvo conocimiento del óbito, por lo que siguió ingresando la pensión que percibía la mujer en una cuenta que esta tenía con su hija. La acusada efectuó durante casi diez años reintegros periódicos de 100 y 200 euros de esta cuenta, hasta un total de 31.000 euros. La mujer ha devuelto ya 2.000 y ayer se comprometió a pagar el resto, por lo que se le aplicó la atenuante de reparación del daño.