Bunyola está sufriendo una oleada de robos sin precedentes. Desde el pasado viernes, cuatro chalés situados a las afueras del municipio y un supermercado han sido asaltados por una o varias bandas de ladrones. En los domicilios, tal y como ocurrió en otros cuatro desvalijados el pasado jueves, desaparecieron todos los efectos de valor que había en el interior, como joyas, aparatos electrónicos y dinero en efectivo. Mientras, en el establecimiento comercial reventaron las cajas registradoras, donde había 100 euros, y trataron de hacer lo mismo con la caja fuerte aunque acabaron desistiendo. La Guardia Civil ha abierto una investigación para dar con los autores de estos robos.

Ayer por la mañana, los responsables de un supermercado situado en la calle Pare Bartomeu Caputxí, en el centro de Bunyola, descubrieron que habían sufrido un robo. Ninguna de las puertas de acceso al comercio estaba forzada, pero las cajas registradoras estaban destrozadas y vacías. Según los afectados, en ellas había unos cien euros que tenían para dar cambio a los clientes. Los ladrones también intentaron acceder a la caja fuerte, en la que había mucho más dinero porque en ella se guardaba la recaudación de los días anteriores. Aunque la golpearon utilizando un objeto contundente, al parecer una maza, no lograron abrirla.

La Policía Local acudió al comercio en cuanto fue infomarda de lo sucedido, aunque el caso quedó en manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Los agentes inspeccionaron el local en busca de pruebas sobre los autores del robo.

No ha sido este el único asalto cometido en los últimos días en Bunyola. En la madrugada del viernes, cuatro chalés situados en las zonas de Son Moranta y Son Vivot fueron también objetivo de los ladrones. Todas las viviendas estaban desocupadas, por lo que se sospecha que los delincuentes las habían vigilado previamente para asegurarse de que no encontrarían resistencia. Una vez consiguieron acceder al interior de los domicilios, los intrusos se adueñaron de todos los efectos de valor que encontraron, como joyas, aparatos electrónicos o dinero en metálico.

Estos cuatro robos fueron idénticos a otros tantos que se cometieron durante la madrugada anterior, la del jueves, en el camino de Cantina, también en Bunyola, tal y como adelantó DIARIO de MALLORCA. Los asaltantes forzaron en estas viviendas puertas, ventanas y persianas para conseguir entrar.

En una de ellas fueron sorprendidos por la moradora, una mujer alemana de 57 años a la que amordazaron. La Guardia Civil cree que los ocho robos en chalés son obra de dos jóvenes extranjeros a los que trata de localizar y detener.