­Un juzgado de Palma condenó ayer al ex líder vecinal de sa Calatrava, Climent Garau, que se encuentra preso, a tres años de cárcel por siete delitos de estafa y ocho de falsedad documental por crear un entramado en 2008 con el que defraudó más de 120.000 euros a varias financieras mediante la compraventa de coches. Garau, que confesó los hechos, cuenta ya con otra sentencia condenatoria anterior también por fraude y todavía tiene pendiente otra causa. En este caso, el ex líder vecinal actuó con la colaboración de otro cabecilla, que también se conformó con una condena de tres años de prisión por los mismos hechos.

En total, fueron ocho los acusados que ayer aceptaron penas que suman once años y medio de cárcel por estafa y falsedad por conseguir créditos de los que luego se desentendían una vez habían obtenido los vehículos.

Los hechos se remontan a la primera mitad del año 2008 cuando Climent Garau y el otro cabecilla de la trama contactaron con el resto de acusados para que compraran coches en diferentes concesionarios de Palma a través de financieras. Para obtener los créditos, los responsables del entramado falsificaban nóminas, contratos de trabajo e informes de vida laboral de los falsos compradores para que aparentaran una solvencia de la que carecían.

De esta manera, los imputados, muchos de ellos sin recursos económicos, lograban los préstamos y los vehículos. Luego, con los coches en su poder, dejaban de pagar las cuotas y entregaban los turismos a los dos cabecillas a cambio de cierta cantidad de dinero. Con este sistema, la red estafó más de 120.000 euros a las financieras. Esta cantidad es la indemnización que ahora los sospechosos deberán pagar.

Los acusados protagonizaron siete operaciones fraudulentas en 2008. El 15 de enero, uno de los implicados adquirió un Chevrolet Epica por 21.190 euros tras presentar nóminas de una empresa donde no había trabajado nunca. El hombre dejó impagadas todas las cuotas del crédito que le concedieron.

En el mismo mes, el imputado compró un Smart presentando una documentación que previamente había manipulado Climent Garau. Las operaciones se fueron repitiendo a lo largo del año hasta el verano utilizando el mismo ´modus operandi´. Los cabecillas lograron hacerse con todo tipo de vehículos, la mayoría de la marca Chevrolet, en diferentes concesionarios de la isla tras captar a media docena de testaferros.