Mala cosa cuando los reporteros de Sucesos nos familiarizamos con determinados lugares, que empiezan a salir con reiteración en nuestras páginas. Es lo que ha pasado con el número 2 de la calle Francesc Fiol i Joan, en Palma, que ha protagonizado varios de los casos más sonados de la semana: el arresto de un pirómano por provocar repetidos incendios en la finca, y la muerte de un hombre, electrocutado cuando manipulaba un horno microondas.

Este sitio me suena

Pero no era la primera vez, ni mucho menos. Cuando el pasado miércoles por la tarde, uno de los miembros de esta humilde sección, que es la suya, fue al domicilio donde acababa de fallecer un hombre electrocutado en un accidente doméstico, tuvo una sensación de déjà vu. Como que el sitio le sonaba. Y vaya que si le sonaba. En la mañana del 10 de enero de 2009 estuvo allí, cuando más de 200 vecinos de la finca tuvieron que ser desalojados a causa de un violento incendio que destruyó completamente un piso. Muchos de ellos tuvieron que esperar en pijama y con temperaturas gélidas a que los bomberos extinguieran el fuego, antes de poder regresar. Tres de ellos resultaron heridos durante el siniestro.

Y los incidentes continuaron durante el pasado verano. Un joven rumano, al parecer con las facultades mentales alteradas, fue expulsado del piso en el que estaba realquilado, y se obsesionó con provocar de nuevo incendios en el inmueble. Se presentaba de madrugada, amontonaba unos papeles en un rellano, y les prendía fuego. Ni siquiera trataba de actuar con sigilo. Los vecinos le oyeron varias veces profiriendo gritos en su idioma. Los fuegos no llegaron nunca a provocar grandes daños, pero se repitieron varias veces y tuvieron a los vecinos con el alma en vilo. El pirómano fue detenido y trasladado a Psiquiatría de Son Espases, pero salió a la calle y el jueves volvió a las andadas. En esta ocasión provocó un incendio en el ascensor. De nuevo fue detenido e ingresado en el departamento de Psiquiatría de Son Espases, esta vez en calidad de preso. Esperamos que los vecinos puedan disfrutar de una temporada de tranquilidad.

cuidado con los premios

Cuidado con las llamadas telefónicas que ofrecen premios en concursos. En los últimos días se ha detectado un aluvión de llamadas a particulares. Lo hacen desde un teléfono fijo con el prefijo 971, de Balears, lo que en principio les da una apariencia de credibilidad. Una señorita muy atenta nos informa de que hemos entrado en un concurso con un montón de premios distintos. Nos engatusa hasta que, al final, nos solicita el número de cuenta bancaria en el que queremos que se nos ingrese el premio. Parece mentira, pero la gente sigue picando y les da sus datos bancarios. Lo repetimos: no se crea nunca que ha ganado un premio si no ha comprado un boleto, que en esta vida nadie da duros a cuatro pesetas. Ni siquera en Navidad.

un tipo misterioso

El jueves aparece en la puerta de los juzgados de Vía Alemania un hombre canijo, con gorra y aire misterioso. Muestra discretamente su DNI al vigilante y le dice: "Soy agente secreto de la Policía, vengo a buscar la placa". Y para eliminar cualquier reticencia, añade: "Soy el marido de una magistrada del juzgado". Solo que el titular del juzgado que dice es un hombre.

brasileña fallecida

Hace poco falleció en un hospital de Palma una brasileña de 41 años, Andreia Aparecida Graciano. Desde una asociación brasileña están buscando a sus familiares o conocidos, a los que solicitan que se pongan en contacto con el consulado.