Un grupo organizado consiguió penetrar el pasado fin de semana en el interior del almacén judicial del puerto de Málaga donde se guarda la droga incautada, situado a apenas trescientos metros de las dependencias de la Guardia Civil. La cantidad de material sustraído aún no ha sido confirmada, pero los primeros datos apuntan a cifras exorbitantes, cercanas, en todo caso, a los 600 kilos de cocaína, según informaron fuentes próximas a la investigación, quienes confirmaron que se trata de uno de los golpes más significativos de la historia de España.

El almacén, que acumula la droga procedente de las operaciones policiales de la Costa del Sol y otras provincias de Andalucía, custodia habitualmente entre treinta y cuarenta toneladas de hachís, y otros cientos de kilos de otras sustancias. Los ladrones, una banda organizada, operaron con sigilo, sin carreras ni tiros ni estruendos; burlaron los controles de seguridad, inhibieron las señales de las cámaras y forzaron la puerta del depósito, una plancha de metal austera y común, desprovista aparentemente de refuerzos, similar a las utilizadas en los garajes y en los polígonos industriales.

La protección de la nave, saturada a menudo por la frecuencia de los decomisos y los límites de los hornos de destrucción, que deshacen un máximo de 600 kilos de material al día, corresponde a la Policía Nacional que, no obstante, tenía delegada la misión en un servicio de seguridad privada.

Según señalaron fuentes policiales, el grupo se dirigió hacia las sustancias de mayor valor en el mercado sin apenas reparar en otro tipo de fardos. El coste de lo extraído podría rondar los 30 millones de euros. El depósito del puerto concentra principalmente hachís, aunque también aloja grandes cantidades de cocaína.