"Este verano estuvimos juntos en Eivissa, y la hermana de Ana y yo lo comentamos, que iba a hacer diez años ya. Con sus padres no hablo de ello, porque solo sirve para revivir su dolor". Amanda Guasch es prima de Ana Eva, y una de las personas comprometidas para tratar de evitar que su caso caiga en el olvido. "Los padres han aprendido a vivir con ello, pero es algo que no se olvida. Es imposible olvidar".

La familia de Ana Eva, junto a un grupo de media docena de amigos, mantuvo durante los años que siguieron a la desaparición la mayor campaña de este tipo que se ha desarrollado nunca en Balears.

Las jóvenes, algunas de ellas amigas de Ana Eva desde la infancia, comenzaron en los días que siguieron a su desaparición a repartir cientos de pasquines con su foto para pedir información. Luego contactaron con los medios de comunicación, se entrevistaron con el delegado del Gobierno y la entonces adjunta al Defensor del Pueblo, María Luisa Cava de Llano. La campaña tuvo su momento culminante en enero de 2003, cuando organizaron una concentración en la plaza de Cort en la que se reunieron más de mil personas.