Los butroneros rumanos estaban perfectamente sincronizados a la hora de perpetrar cada golpe. Se repartían las funciones para que la eficacia fuera mucho mayor. La Policía atribuye a los cuatro integrantes de la banda numerosos golpes en toda Mallorca.

Una gasolinera y una farmacia de Can Pastilla, un club hípico de Establiments, una tienda de telefonía móvil de Manacor, una óptica de la calle Paraires y una exclusiva tienda de ropa colindante sufrieron los estragos por la acción de estos butroneros.

La Operación Nikita, una laboriosa investigación del Grupo de Robos del Cuerpo Nacional de Policía prolongada durante varios meses, condujo a la completa desarticulación de la banda.

Todos los sospechosos eran sobradamente conocidos por la Policía por sus numerosos antecedentes por delitos contra el patrimonio. A la hora de cometer los butrones se mostraban especialmente escurridizos. No obstante, los agentes los sometieron a un control exhaustivo para comprobar si ellos eran los autores.

En un tienda de telefonía móvil de Manacor, los butroneros arrebataron 200 terminales del establecimiento. En las tiendas de ropa y en la óptica de la calle Paraires se descolgaron por los patios traseros de una finca en obras para poder acceder al interior. Las prendas sustraídas alcanzaron un valor de 20.000 euros.

Compleja estructura

Los investigadores consiguieron desmenuzar la compleja estructura de los integrantes de la banda. Todos ellos estaban perfectamente coordinados y se repartían las tareas para lograr un mayor rendimiento económico.

El cabecilla era Cristian R., de 29 años con antecedentes policiales por cuatro robos con fuerza. Era el principal responsable y se encargaba de dirigir todas las actuaciones. También decidía dónde, cómo y cuándo se debían cometer los delitos.

Claudiu R., de 35 años y detenido por otros tres robos con fuerza, ejercía las labores de lugarteniente. Acudía a visitar los lugares donde luego iban a asestar los golpes. Se desplazaba siempre en coches de alquiler acompañado por Fabian C., de 28 años y antecedentes por falsedad documental, y Georgian P., de 26 años, detenido por hurto.

Fabian C. tenía la misión encomendada de rentabilizar los efectos sustraídos. Los enviaba a Rumania por paquete postal para su venta allí. En uno de estos envíos se interceptaron numerosas gafas de marca. Su novia también colaboraba en la venta directa de todos estos efectos.

Como consecuencia de sus numerosas fechorías, los butroneros llevaban un elevado tren de vida. Se alojaban en hoteles de lujo, frecuentaban gimnasios exclusivos y vestían ropa cara. Los cuatro detenidos fueron puestos ayer a disposición del juzgado de instrucción número 12 de Palma.