­Japón parece volver lentamente a la normalidad con la llegada de ayuda alimentaria, con los refugiados estableciendo rutinas diarias e incluso con la apertura de bancos móviles en algunas zonas de las prefecturas afectadas por el terremoto y el posterior tsunami, mientras la nación se une por las víctimas del desastre.

Dos semanas después de la catástrofe que ha sumido al país en su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, una meticulosa y exitosa operación de ayuda humanitaria está reemplazando a las escenas de sufrimiento y devastación.

"Las cosas están mejorando", aseguró Tsutomu Hirayama en un centro de evacuación junto con su madre, su esposa y sus tres hijos en la ciudad de Ofunato. "Durante los primeros dos o tres días, solo tuvimos un plato de arroz y agua para cada comida. Pensé, ¿hasta cuándo va a durar esto? Ahora tenemos mucha comida, es casi de lujo", explicó.

Sirviendo de ejemplo de los 256.714 refugiados, Hirayama perdió su tintorería y su casa cuando el tsunami golpeó las costas, destrozando pueblos enteros a su paso. Cerca de 26.000 personas han muerto o están desaparecidas.

En Ofunato, los restaurantes han donado comida para los desplazados, como sushi, pollo a la brasa o al curry. El Ejército ha repartido paquetes de sopa caliente y arroz. La ropa también se ha distribuido rápidamente.

En el gimnasio donde está la familia Hirayama, los cerca de 200 refugiados se reparten el espacio con bloques divididos con cartones de medio metro de alto. Acorde con el orden y disciplina de la sociedad japonesa, los zapatos se dejan fuera de esta zona.

La electricidad y el agua corriente se han restablecido en muchas zonas, lo que significa que la gente puede lavar la ropa. Debido a que todavía no se han llevado a cabo controles de seguridad, la población sigue bebiendo agua de tanques proporcionados por el Ejército, divididos entre "para preparar comida", "recogida de agua" y "para baños y desperdicios".

Algunos refugiados rellenan formularios para recibir casas temporales construidas por las autoridades.