Giovanni di Stefano, el abogado italiano que fue detenido la semana pasada en Palma por numerosas estafas cometidas en Reino Unido, anunció ayer que en caso de ser juzgado citará a declarar como testigos al exprimer ministro británico Tony Blair, a agentes secretos y a diplomáticos de su país. El letrado pretende interrogarles sobre el papel que han desempeñado en las acusaciones contra él, que sigue calificando de "políticas". Di Stefano reafirmó que el proceso es un montaje por su demanda contra Blair por crímenes de guerra en Irak.

El abogado, que el pasado sábado quedó en libertad tras declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, explicó que la orden europea de detención contra él fue emitida seis días después de que escribiera al fiscal general británico sobre el procedimiento contra Blair. Según Di Stefano, el 25 de enero solicitó nuevas pruebas y que emitiera una orden internacional de detención contra el ex primer ministro británico. El 3 de febrero, siempre según el letrado italiano, la fiscalía respondía que consideraría su petición. Once días después, Di Stefano fue detenido en Palma por 18 delitos de estafa, blanqueo y fraude a varios clientes de su bufete. Estos hechos llevan a ´El abogado del diablo´, que representó a Sadam Hussein y Slobodan Milosevic, a concluir que su arresto obedece a "razones políticas".

Di Stefano asegura que todas las denuncias presentadas contra él parten de cuatro de los 200 clientes a los que ha representado, quienes aceptaron una oferta de la Policía británica para demandarle. Para demostrar esta tesis, el letrado llamará a declarar como testigos, en el juicio al que presumiblemente será sometido en Reino Unido, a Tony Blair, a un agente del MI6 –el servicio de inteligencia británico– y miembros del cuerpo diplomático.

Di Stefano pretende interrogarlos sobre su participación en el presunto compló llevado a cabo contra él. El letrado acusa a Blair de "conspirar" para detener su pretensión de llevarlo al banquillo por la muerte de "1.332.227 ciudadanos iraquíes que han muerto en Irak desde 2003 y los 179 soldados británicos asesinados hasta hoy".