De la sartén a las brasas. Cuatro mujeres que residían en un piso de acogida para víctimas de malos tratos denunciaron a la Policía Nacional de Palma que sufrían un constante acoso y maltrato psicológico por el encargado de la vivienda, gestionada por la Federación de Asociaciones de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales. En la denuncia manifestaron que les profería frases como "sois malas madres, no me extraña que vuestros maridos os pegaran", que les daban 50 euros semanales para la manutención de nueve personas, entre las que había tres niños, y que llegó a proponer que recogieran enseres de la calle para vender en el rastrillo o que una de las madres vendiera el carrito de su bebé para comprar comida. Y eso que la Federación había recibido una subvención de 99.000 euros de la conselleria de Asuntos Sociales por la gestión del piso. La investigación policial desembocó la semana pasada en la detención del responsable del centro, Alberto H.P., de 38 años.

El piso, bautizado como El Hilo de Ariadna, estaba ubicado en la calle Joan Massanet i Moragues de Palma y permaneció abierto entre agosto de 2009 y julio de 2010, fecha en la que fue desalojado porque no pagaba el alquiler. Se trataba de un proyecto de la Federación Balear de Asociaciones de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB), con el que consiguieron una subvención de 99.000 euros, para sufragar los gastos de un año y medio, y debía servir como hogar refugio para mujeres víctimas de malos tratos.

Sin apenas comida

Cuatro de las mujeres que residían en el centro acudieron el pasado 27 de julio a presentar una denuncia a la Jefatura de Policía de Palma. Explicaron que sufrían constantes malos tratos psicológico por parte del responsable del piso, Alberto H.P., que además era el secretario de la federación. Profería contra ellas frases como: "Sois malas madres, no me extraña que vuestros maridos os pegaran. Agradeced que aquí os hemos acogido, no tenéis derecho a nada".

Dijeron que Alberto H.P. les controlaba la comida. Les daba 50 euros a la semana, cantidad con la que debían cubrir la manutención de las nueve personas que residían en el piso, entre los que había tres niños, hijos de dos de las mujeres, de once, cinco y tres años. Continuamente les reprochaba que no sabían administrarse y que derrochaban la comida y el agua, por lo que solo les daba un vaso de agua al día y guardaba la comida bajo llave en la despensa.

La denuncia añade que uno de los niños llegó a enfermar de anemia. Cuando le dijeron que tenía que comer más contestó: "No pasa nada, los niños tienen reservas de sobras para aguantar. No puedo daros más comida porque España está en crisis". Como solución les planteó que recogieran enseres de la calle para venderlos en el rastrillo, o que una de las madres vendiera su carrito de bebé, y así podrían conseguir dinero para comida.

Las denunciantes añadieron que cada día las obligaba a salir del piso a las ocho de la mañana y no las dejaba volver hasta las dos de la tarde. Llegó a obligar a salir del piso a una de las mujeres cuando estaba enferma y tenía fiebre alta. Constantemente, prosigue la denuncia, las amenazaba con echarlas del piso ya que, según decía, "no cumplían el perfil requerido".

Esta situación se prolongó durante casi un año, y no lo denunciaron antes porque tanto las mujeres como los niños estaban muy asustados.

Tras recibir la denuncia, el Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía abrió una investigación que culminó la semana pasada, con la detención del encargado del piso, Alberto H.P., de 38 años, como presunto autor de un delito de coacciones y otro contra la integridad moral.