La Policía Local de Llucmajor tuvo que desalojar a los vecinos de dos casas después de que una mujer de 70 años amenazara con suicidarse inhalando el gas de varias bombonas de butano que había en el interior de su vivienda y después intentara volar su casa. La anciana se enfrentó con gran violencia a los dos agentes que intentaron reducirla, que sufrieron mordiscos, patadas y arañazos. Los vecinos de la calle Ciutat siguen atemorizados y dicen que no es la primera vez que la mujer protagoniza incidentes similares.

Varios agentes se personaron hasta el inmueble a las dos y media de la tarde del sábado tras se alertados de la situación y comprobar la veracidad de la llamada de emergencia. Hasta el lugar también acudió una dotación de bomberos y varias unidades del Ib-Salut. El fuerte olor a gas obligó a los agentes a desalojar a los vecinos ante el riesgo de explosión.

Tras ser detenida, la mujer fue trasladada en ambulancia hasta el centro sanitario donde poco después le dieron el alta. Sin embargo, horas más tarde, a las ocho menos veinte, según han informado fuentes del ayuntamiento de Llucmajor, la Policía recibía un nuevo aviso. La anciana había abierto de nuevo el gas con las mismas intenciones. "Voy a hacer una gorda", advirtió a su hermana, a la que la Policía había requerido, en una conversación telefónica. Los agentes tuvieron que entrar en el inmueble por la parte trasera ya que la mujer se había encerrado en su casa. Su estado agresivo obligó a los agentes a esposarla, y en la detención, varios de ellos recibieron patadas, mordiscos y arañazos.

Una vez reducida, fue puesta a disposición judicial por los "presuntos delitos de resistencia y desobediencia a los agentes de la autoridad", y "falta de lesiones", exponen las mismas fuentes. Según han explicado algunos residentes, la mujer regresó a su domicilio al día siguiente.

Los vecinos piden una solución, después de haber sido víctimas de reiterados incidentes con ella. "Necesita atención especializada las 24 horas o estar a una residencia donde la cuiden bien", comenta Patricia Devesa, que vive en el piso de arriba y también ha padecido varios enfrentamientos. Pero "para su ingreso es necesario que un juez la incapacite". Un dictamen "cuya tramitación es muy larga", declaran desde Servicios Sociales".

La anciana, que vive sola desde que su marido falleció hace más de 10 años, está tutelada por la Fundación Aldaba. La mayoría de vecinos asegura que con estos episodios lo único que pretende es "llamar la atención" sobre todo "los fines de semana cuando la asistenta no está" para reclamar a algún familiar.

Mientras, siguen a la expectativa. "Estamos pendientes de cualquier ruido", aseguran.