Julio Camacho, el joven que fue asesinado el pasado sábado, estaba a punto de ingresar en prisión. Debía cumplir condena por un delito de robo que había cometido en 1997 en un salón recreativo de la comarca de Manacor. No era la primera vez que al joven se le privaba de libertad. A sus espaldas tenía un amplio historial delictivo, que iba desde los robos, hurtos y agresiones. Su condición de toxicómano también motivó que fuera investigado por tráfico de drogas, aunque no tiene ninguna causa pendiente por este delito. La última detención que figura en su historial se remonta al mes de diciembre del año pasado. Fue denunciado por malos tratos por su ex pareja sentimental. Fuentes próximas a la familia indicaron que el joven había iniciado un programa de desintoxicación y que desde entonces no se había visto implicado en ningún delito.

El juzgado de lo penal número 8 de Palma había requerido a Julio Camacho para que ingresara en prisión por el delito que había cometido en el año 1997. El abogado del joven había recurrido esta decisión judicial y había pedido un aplazamiento de su ingreso en prisión debido, precisamente, a que estaba siguiendo un programa de desintoxicación. "Julito" era una persona conocida a nivel policial, ya que se le consideraba un delincuente común. Desde muy joven se había visto implicados en problemas y ello motivado, en parte, por su adicción a las sustancias estupefacientes. Su familia afirma que había salido de prisión en el año 2000 y que desde entonces no había vuelto a cometer ningún delito.

Julio Camacho murió el pasado sábado tras ser citado en una zona próxima al cementerio de Manacor. Le dispararon dos veces con una escopeta de caza, una de ellas por la espalda.