Horeca, año uno
Ha sido necesario llegar a esta séptima edición para que los cocineros hayan tenido un grato protagonismo. Ya no solo son los expositores, ahora los visitantes tienen más incentivos para acudir al evento. Las ponencias, yo diría que charlas entre amigos, han sido gratas y en varios casos peculiares. La presencia de conocidos chefs no ha sido para contar como preparan sus platos, han contado sus experiencias, como ven la gastronomía desde sus cocinas y su experiencia vital. Santi Taura en busca de nuestros orígenes e historia culinaria, Álvaro Salazar y su personal visión sobre la importancia técnica en cocina, Jaume Vicens en busca de emocionar con sus platos y Javier Hoebeeck y su cocina de aprovechamiento, a modo de ejemplo. Todos tienen en común un vocablo que ha venido para quedarse: Sostenibilidad.
El trabajo en la organización de Koldo Royo ha pasado de la diversión a la seriedad. Con Koldo perdimos un gran cocinero, pero hemos ganado un excelente comunicador.
Dos puntos que merecen revisar: uno: en la isla tenemos grandísimas cocineras que han brillado por su ausencia, espero que el próximo año se resuelva. Dos: ha faltado interacción entre cocineros y productores, deberían tener más, mucho más protagonismo quienes producen.
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