Entrevista | José Muelas Abogado

"El de abogado de oficio es el último trabajo forzado que queda en España desde que se eliminó la mili"

El libro narra la experiencia del exdecano del Colegio de Cartagena tras 30 años de ejercicio y refleja su diagnóstico sobre los problemas de la profesión

José Muelas Cerezuela.

José Muelas Cerezuela.

Cristina Gallardo

Un hombre pasa seis meses en prisión por un supuesto homicidio, pero el "muerto" regresa del coma y dice que el autor es otro; una víctima señala a un hombre en una rueda de reconocimiento cuando el delito lo cometió una mujer; la autora de un crimen contrata a un abogado para defender a quien ha sido detenido. Son historias que pueden parecen increíbles, pero que jalonan la trayectoria profesional como abogado de oficio de José Muelas, que fue por dos veces decano del Colegio de Abogados de Cartagena entre 2010 y 2018.

Su dilatada experiencia se ve reflejada en Historias increíbles de un abogado de oficio (La Esfera de los Libros, 2023), el libro en el que además de revelar las anécdotas más destacadas de su participación en el ámbito de la justicia gratuita realiza un diagnóstico de la situación actual de este servicio, tan fundamental para los ciudadanos como despreciado y mal pagado por la Administración.

Su libro se titula Historias increíbles de un abogado de oficio, y recoge historias, algunas realmente divertidas, de una experiencia de 35 años ¿Por qué es increíble la experiencia diaria de los abogados de oficio?

La gente en general tiene fe en la justicia y cree que uno va a verse envuelto en un problema judicial , se pregunta ¿Por qué voy a ser yo acusado de nada? Los primeros capítulos del libro son casos reales de ciudadanos que de repente se han encontrado acusados de delitos graves. 

También hace especial hincapié en la situación de pobreza, y en cómo ésta afecta al justiciable. ¿Sigue siendo una situación económica precaria determinante a la hora de acudir a la justicia?

A la gente le gustaría que no fuese así, pero es así. Si tienes dinero puedes contratar peritos y muchas cosas que no puedes hacer si no tienes dinero, quedas a resultas de lo que el Estado quiera proveerte. A ojos de sociedad, con los abogados de oficio hay igualdad de armas frente al banco, la aseguradora, pero la realidad es que por debajo se juega otro partido en el que el dinero es importante.

Incluye en su libro varios relatos con personajes a los que atribuye incluso un halo de bondad, aunque no sean siempre inocentes. ¿Puede hablarse de una especie de síndrome de Estocolmo del abogado o eso no ocurre?

Los que hemos vivido los años noventa hemos llegado a tener una empatía, porque fueron años horribles por la heroína. Se me morían los clientes antes de llegar a juicio, y por eso llegas a conocer aspectos del alma humana. Recuerdo un hombre al que debía asistir, leí el atestado y había nacido el mismo día que yo, seguramente en el mismo hospital en Cartagena. A veces naces en un barrio donde tienes que comportarte de determinada manera, y no es que en el fondo seas malo, sino que la vida te ha conducido por caminos complicados y como abogado sí que llegas a empatizar. Otros casos son tremebundos, como el de un hermano que se 'comió' el delito de otro porque decía, yo soy heroinómano, soy una mierda y mi hermano no. Eso te impresiona, porque ves al juez perfectamente convencido de la culpabilidad de una persona y tú como abogado tienes una carta que el juez no puede ver. 

"La verdad y la mentira conviven en los tribunales, pero se visten con la misma ropa, y nadie ha enseñado a los jueces a descubrirla. Dicen que la verdad se descubre cuando está desnuda, pero eso pasa pocas veces"

Tenemos un sistema penal garantista, pero en su libro llama la atención sobre que cualquier error en la aplicación de la ley puede solventarse mediante recurso, pero no pasa lo mismo con la apreciación de la prueba. ¿En qué consiste este obstáculo?

La verdad y la mentira conviven en los tribunales, pero se visten con la misma ropa, y nadie ha enseñado a los jueces a descubrirla. Dicen que la verdad se descubre cuando está desnuda, pero eso pasa pocas veces. En primera instancia, el juez menos rudimentos para conocer la verdad que un psicólogo o un psiquiatra, y los medios de la justicia son muy limitados, a lo que se une que nuestra Ley de Enjuiciamiento Criminal es de 1882, cuando no existían las técnicas actuales, y ello repercute en prácticas como los reconocimientos en rueda. Al sistema judicial español le hace falta una reedición y repensar asuntos como los juicios telemáticos en los que el juez no ver la cara ni las reacciones de los acusados en directo.

Además de las anécdotas, el libro ahonda en los problemas que arrastra la abogacía de oficio, ¿cuáles son los más acuciantes?

Un olvido total por parte del Estado y la remuneración. Todos recordamos lo que ocurrió en el juicio del 11-M, que duró un año. ¿Qué hace un abogado de oficio al que se le pagará con 150 euros, se arruina? En ese caso se firmó un convenio para pagarles algo más. Las retribuciones son ridículas y la justicia gratuita se mueve por la buena voluntad que ponen los abogados. Y es obligatorio pertenecer al turno de oficio. Si yo como decano no tengo suficientes, puedo reclamar la asistencia, es el último trabajo forzado que queda en España desde que se eliminó la mili. Y además los tribunales no reconocen el derecho a la sindicación, así que estoy obligado a trabajar la precio que tú digas. ¿Hay algo más parecido a la esclavitud? Hay comunidades autónomas que cuidan mejor abogados de oficio, destinan más dinero, Cataluña o País Vasco, que lo que se denomina territorio Ministerio.

Historias increibles de un abogado de oficio.

Historias increibles de un abogado de oficio. / La esfera de los libros

El pasado año los abogados de oficio protagonizaron protestas por toda España, incluso frente al Congreso de los Diputados, pero no tuvieron mucho impacto en un Gobierno en funciones. ¿Podrían cambiar las cosas ahora que se cuenta con un nuevo ministro de Justicia?

Deberían cambiar. El ministro, más que interlocutar con el Consejo General de la Abogacía, que ha demostrado un pacifismo total, debería hacerlo con las asociaciones de abogados de oficio, que conocen bien de lo que va el asunto. Yo empecé en el tuno de oficio hace años y lo consideras como tu ONG particular, pero esto a día de hoy no se puede sostener, solo sobre la voluntad de los abogados. ¿Para quién trabajamos nosotros, si no somos asalariados o funcionaros del Estado, qué somos? Y cada vez la demanda es mayor, cada vez que pasa algo nuevo se pone un turno especial, violencia de género, inmigración, etc.

En su libro habla también del perfil de la persona que acude a un abogado de oficio, desde los yonquis de los años 90 a los delincuentes habituales de hoy en día. ¿Cómo ha sido esta evolución?

Son épocas. En los 90 el problema era la droga, aquello era una carnicería. Luego llegó la época que nos volvimos locos, se pasó de la heroína a la coca, empezó la construcción y muchos jóvenes que se metían al sector la construcción para ganar mucho dinero. Era la España de la España de la corrupción por arriba, las prostitutas empiezan a ser extranjeras. Esa España se acaba en 2008, la crisis del ladrillo acaba con ella Últimamente, y coincidiendo con mi etapa de decano del Colegio de Cartagena, fueron las llegadas masivas de inmigrantes, de 300, todos los abogados teniendo que atenderlos, muchas veces pese a la incomprensión de la opinión pública, que no entienden que son personas que tienen derechos.

También habla de que la Administración ha venido abusando reiteradamente de su posición de dominio, y un ejemplo es el control tecnológico. ¿Podría explicarme sucintamente en qué consiste este riesgo que según usted afecta a las libertades del ciudadano?

La Administración de justicia va por detrás de la realidad bastantes años. Cuando tú ya usabas email los juzgados estaban con el fax, no descubrió el correo electrónico en 2015 con Lexnet, que además es un sistema malísimo. Pero la tecnología tiene problemas, en el libro cuento el caso del Toyota Celica que decían las conductoras y conductores que aceleraba solo. Al final el programa tenía una falla, y si te pueden condenar y mandar a la cárcel por un programa, tienes derecho a conocer . El software que utiliza la administración no se puede auditar, si estás en contra de una multa con radar, por ejemplo no puedes discutir como es ese sistema. La administración no ha hecho diseños estratégicos generales y ha ido detrás de la realidad, con la fe del carbonero que tiene en la tecnología. Ahora, con el desarrollo de la IA también iremos detrás, y ello genera inseguridad al ciudadano.

Finalmente, hace mención a la necesidad que une a los colegios profesionales con el turno de oficio, y a posibles intereses económicos ¿Cuáles son éstos? ¿Cómo podría mejorarse el sistema?

Los colegios de abogados son la forma de representación corporativa desde 1974, en su exposición de motivos habla todavía de democracia orgánica, es una cosa delirante. Habría que reconocer la capacidad de asociacionismo de los abogados. Además, el papel de los colegios es importantísimo, son las únicas oficinas que no paga el Estado, y es ahí donde va la población a pedir abogado de oficio y allí se tramitan. La abogacía está pagando un servicio público con nuestras cuotas.