Día mundial de la enfermedad

España es el segundo país de la UE con más diabéticos: casi seis millones de enfermos diagnosticados

Hay casi seis millones de enfermos y la prevalencia se ha incrementado un 40% desde 2019 pero los avances tecnológicos y farmacológicos mejoran la calidad de vida de los pacientes

Seis millones de españoles tienen diabetes.

Seis millones de españoles tienen diabetes.

Patricia Martín

España puede colgarse la preocupante medalla de ser el segundo país de la UE con más personas con diabetes, solo por detrás de Alemania. El aumento de la incidencia de una enfermedad que puede ser mortal y dañar a muchos órganos está relacionado con el estilo de vida poco saludable y el incremento del sobrepeso. Es la cruz de una dolencia que también presenta luces, dado que los avances tecnológicos y farmacológicos están posibilitando un control más precoz, eficaz y mejorando la calidad de vida, según destaca la Sociedad Española de Diabetes (SED) con motivo del Día Mundial de la enfermedad, que se celebra este 14 de noviembre.

Hay casi seis millones de enfermos y la prevalencia se ha incrementado un 40% desde 2019 pero los avances tecnológicos y farmacológicos mejoran la calidad de vida de los pacientes

En España se calcula que hay casi seis millones de personas con diabetes, lo que supone que la prevalencia se ha incrementado más de un 40% desde el 2019 y alcanza al 14,8% de la población, la segunda tasa más alta de Europa, donde la media es de 9,2%. Se trata de estimaciones oficiales, que no incluyen todos los casos porque se calcula que casi la mitad de personas, sobre todo con diabetes de tipo 2, no están diagnosticadas debido a que es una enfermedad que "a veces no da síntomas y hay un porcentaje alto de adultos que no va nunca al médico y, por tanto, no les hacen los análisis de glucemia que permitirían detectarla", según explica Antonio Pérez, presidente de la SED.

Se calcula que casi la mitad de personas, sobre todo con diabetes de tipo 2, no están diagnosticadas

El especialista subraya que el incremento de la incidencia se debe al aumento de la obesidad y al envejecimiento de la población, por lo que buena parte de los casos son prevenibles con una dieta saludable y ejercicio físico.

En la lucha contra el avance de la enfermedad, otro de los grandes peros es la falta de “educación diabetológica” debido a que la saturación del sistema sanitario impide que los profesionales puedan acompañar adecuadamente al paciente en el proceso de incorporar el tratamiento en su día a día y los avances tecnológicos para medir el azúcar en sangre o suministrar insulina.

La falta de formación

Los médicos tampoco disponen de tiempo suficiente como para tutelarle en su cambio de estilo la vida. Sin embargo, hay estudios que demuestran que una correcta formación en pacientes con diabetes tipo 2, la más prevalente (supone el 95% de los casos), puede llegar a reducir un punto las concentraciones de glucosa en la sangre, una merma mucho mayor de la que proporcionan los fármacos.

La formación es uno de los grandes retos puesto que entre el 46% y el 63% de los pacientes con tipo 2 no tiene un control estricto de sus niveles de glucosa durante los primeros cinco años tras el diagnóstico -que son claves para reducir las posibles complicaciones a largo plazo- y un alto porcentaje no logra perder peso.

"Hay muchas razones para ser optimistas en el manejo de las personas con diabetes tipo 2, ya que nuevos tratamientos y herramientas han mejorado el pronóstico y la calidad de vida"

— Antonio Pérez, presidente de la SED

Pese a todo, también hay "muchas razones para ser optimistas en el manejo de las personas con diabetes tipo 2, ya que nuevos tratamientos y herramientas han mejorado el pronóstico y la calidad de vida y quizá, en un futuro, podrían permitir la curación definitiva de la enfermedad", según sostiene el doctor Pérez.

Entre los principales avances en este tipo de diabetes destacan los fármacos orales e inyectables para el tratamiento de la hiperglucemia y las enfermedades asociadas que "reducen el peso corporal y tienen efectos beneficiosos en la protección cardiovascular y renal".

Las bombas de insulina

En cuanto a la diabetes tipo 1, que se suele diagnosticar en la infancia o juventud, no se puede prevenir y es más peligrosa puesto que el páncreas no produce insulina y, por tanto, las células no pueden absorber el azúcar para producir energía, la gran novedad son los sistemas de liberación de insulina, que se ajustan a las modificaciones de glucosa y permiten que los pacientes no tengan que realizarse tantos controles de azúcar, lo que mejora su calidad de vida.

Los avances, no obstante, se están encontrando un problema en el camino: el desabastecimiento de algunos fármacos, debido a que los medicamentos que ayudan a controlar la diabetes tipo 2 -de la familia de antagonistas del receptor de GLP-1- también ayudan a adelgazar, se han puesto de moda y hay tal aumento de la demanda que los fabricantes no dan abasto. Se sospecha que algunos médicos los están prescribiendo para personas con sobrepeso pero que no son diabéticas, por tanto, fuera de las condiciones autorizadas. Y también hay quien los consigue sin receta.

Existe desabastecimiento de algunos fármacos que también ayudan a adelgazar y se han puesto de moda

Todo ello está provocando "una sobrecarga en el sistema, porque si los pacientes no encuentran el medicamento, acuden a su médico en busca de otro y hay veces que algunos días no tienen disponibilidad de ninguno", apunta Pérez, quien vaticina que el desabastecimiento continuará a lo largo de 2024.

Las demandas de los pacientes

A su vez, Juan Francisco Perán, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), que representa a los pacientes, corrobora que la situación está provocando "malestar" entre los afectados, aunque "no ha supuesto un grave problema porque hay alternativas terapéuticas que pueden sustituir a la utilización de los medicamentos" que escasean.

Otro de los problemas que se encuentran los pacientes es "la falta de equidad" entre las 17 comunidades, dado que algunas autonomías incorporan los últimos avances en la cartera de servicios y otras "van más lentas de lo que esperábamos". Ante ello, la principal demanda de FEDE es que "los pacientes participen en la toma de decisiones", sobre todo las que afectan a qué nueva tecnología y qué fármacos se financian y cuáles no, que se incremente la formación de los enfermos y que se ofrezcan "tratamientos individualizados".