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¿Qué pueblo es más bonito, Alcúdia o Pollença?

Las localidades del norte de Mallorca reciben este fin de semana un reconocimiento por ser dos de los municipios más bellos de España

Imagen de los dos pueblos, Alcúdia y Pollença

Los pueblos de Pollença y Alcúdia reciben este fin de semana una distinción por estar entre los pueblos más bonitos de España. La noticia cogió por sorpresa a vecinos y personalidades vinculadas a estos territorios.

La artista mallorquina Susy Gómez afirma que la belleza de Pollença es «incuestionable» y reivindica que puedes encontrar tanto playa como montaña en pocos kilómetros: «Es un lugar en el que cualquier persona encuentra su sitio ya que ofrece infinidad de posibilidades». Sus enclaves favoritos son Formentor, Cala Sant Vicenç, la finca de Ternelles y el Castell del Rei. Además, tiene una vinculación especial con ciertas zonas como la Calle Mayor, donde nació, o la Parròquia de la Mare de Déu dels Àngels. Confiesa que siempre ha sido un espacio ideal para crear porque son «paisajes en movimiento» que han iluminado a multitud de artistas, escritores y poetas. «Pollença ha sido para muchos un gran lugar para encontrar la inspiración». Para ella, este galardón supone un reconocimiento a su tierra y a todos aquellos que viven allí, que son los que «dedican su vida a conservar y proteger el patrimonio».

Maca de Castro, cocinera con una estrella Michelin y 3 soles de la Guía Repsol, ha tenido siempre una relación especial con Alcúdia, que va más allá de regentar allí su restaurante. Cree que uno de los grandes valores del municipio es la diversidad y, por ello, enumera lugares distintos pero únicos como Alcanada, la lonja, el mercado de los domingos y el Puig de Sant Martí. «Una de las ventajas de este pueblo es que hay belleza en todos lados. Eso no lo puede decir todo el mundo», añade. Además, recuerda que tienen los restos arqueológicos de la ciudad romana de Pollentia, que es algo «magnífico». Asegura que ambos son pueblos hermanos y que la rivalidad suele ser entre sa Pobla y Pollença. Declara que Formentor otorga valor al otro municipio por su historia y paisaje, pero agradece el trabajo que están haciendo en Alcúdia para seguir apostando por los monumentos emblemáticos del municipio.

Ben Jakober, fundador del Museu Sa Bassa Blanca de Alcúdia, ha tenido una relación íntima con el pueblo desde los años 70: «Mi relación con las instituciones y los vecinos no podría ser mejor. Me he sentido muy querido y aceptado». No le sorprende la noticia del reconocimiento, y afirma que es «totalmente merecido»: «Entiendo perfectamente que todo el mundo quiera comprar propiedades aquí. Es la perla del Mediterráneo». Detalla que la riqueza cultural de la localidad está creciendo en los últimos años, así que esta noticia servirá de ayuda para seguir atrayendo talento.

Jero Martínez, al frente de la galería Maior de Pollença, dice que es una gran noticia porque es un pueblo «fantástico» para vivir y trabajar. Añade que la localidad siempre ha tenido una gran tradición y ha atraído a grandes artistas, sobre todo de la escola pollencina o Hermen Anglada-Camarasa. «La cultura está viva aquí y cada año tenemos conciertos de gran nivel», aclara. Uno de los puntos más atractivos, dice, es la posibilidad de navegar por una costa «excelente y cautivadora».

El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, aprovecha para resaltar la importancia del patrimonio histórico, cultural y etnológico de su pueblo y reivindica el centro histórico como uno de los lugares más bonitos de la isla. Desde su punto de vista, una de las tareas más bonitas es conservar y proteger los monumentos para que mantengan su atractivo, y defiende que no sería posible sin la ayuda de los vecinos, «porque al final son fundamentales para mantener el municipio bonito y aportan un valor humano importante».

Miquel Àngel March, líder de la coalición Junts Avançam, explica que siempre le han atraído mucho las zonas rurales y su contraste con la costa. Defiende que Pollença suele ser una tierra de artistas porque la belleza paisajística «incita a crear». Pese a estar contento por el reconocimiento, confiesa que al principio le extrañó porque se trata de una organización a la que hay que pagar cada año para optar al premio. «Parece que, para que te digan guapo, has de apoquinar». Recuerda asimismo que el consistorio actual «mutiló» cinco chalets en primera línea de costa que eran un «emblema» después de más de 70 años en la zona: «Sorprende que desprotegieran esa zona y ahora reivindiquen el valor histórico».

El presidente de la Associació per a la Revitalització dels Centres Antics (ARCA), Pere Ollers, se refiere a estas poblaciones como «únicas y especiales». Pone en valor que Alcúdia sea uno de los pocos pueblos con murallas que han apostado por conservar el centro histórico, lo que ha influido en su selección para optar al galardón. Por otra parte, en Pollença enumera dos lugares «magníficos» como El Calvari y el centro histórico. Opina que esta distinción obliga a las instituciones y autoridades a seguir trabajando para apostar por ese reconocimiento: «Ahora ya están en el punto de mira y necesitan demostrar que sí son los pueblos más bonitos de España». Además, lo ve como una buena manera de vender estos destinos a otras comunidades y puede suponer un orgullo y una responsabilidad para todos, incluidos los vecinos. «Quienes aman sus pueblos se encargan de que todo esté bien cuidado, y esto se nota». Ensalza dos puntos: la entrada de la muralla de Alcúdia, que cataloga de «espectacular», y El Calvari de Pollença.

El presidente del GOB, Amadeu Corbera, destaca el Parc Natural de s’Albufera de Alcúdia por su importancia histórica y social: «Fue el primer parque natural de Mallorca y una de las primeras victorias del ecologismo mallorquín». En Pollença recomienda Cala Boca, porque durante su niñez fue un lugar especial para su formación política y social. No cree que estas distinciones vayan a suponer una mejoría para los dos municipios, porque «ya hemos superado los límites», y plantea la posibilidad de que incluso masifiquen como está ocurriendo en otras partes de la isla. «Necesitamos que la obtención de un reconocimiento como este venga seguido de medidas para proteger y cuidar los entornos, lo que supone destinar más recursos y un presupuesto mayor».

La alcaldesa de Alcúdia, Bàrbara Rebassa, define este reconocimiento como «un orgullo para todos» y relata que los vecinos del municipio han recibido la novedad como una puesta en valor del trabajo comunitario. Confiesa que este premio ha tenido una repercusión mediática mucho mayor de lo esperado, y eso les motiva a seguir apostando. Para ella, la posible rivalidad con Pollença es algo anecdótico y habla de ambos términos como «iguales y diferentes a la vez».

La construcción, de seis metros de altura, se inició a finales del siglo XIII bajo el reinado del rey Jaume II y ostenta el título de la más antigua de Mallorca.

El santuario, con una subida de 365 escalones, ofrece una gran visión de la costa, del puerto de Pollença y de la Serra de Tramuntana.

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