Todo empezó con un gesto solidario. En medio del confinamiento, cuando era difícil, por no decir imposible, encontrar mascarillas, la diseñadora Antònia Camia decidió arremangarse y poner su grano de arena. "Hice un llamamiento por Facebook para conseguir material". Una decena de personas se sumó a su iniciativa: "Hicimos muchísimas mascarillas", recuerda. Los beneficios de su primera producción los destinó a la asociación Estel de Llevant, entidad que trabaja con personas con algún transtorno de salud mental. Después, cuando las cosas se calmaron, confeccionó para amigos y también para el personal y los usuarios de Estel de Llevant. Más tarde surgió la idea de hacerlas para el público en general. Es en este punto en el que la creadora textil realiza unos diseños más cuidados y presenta dos modelos la plisada, a la que hay que introducirle un filtro, y la de morral que lleva filtro de TNT incorporado. "No pensaba que fuera a dar para tanto, han tenido mucho éxito", dice sorprendida. Aunque pueden comprarse por encargo, Antònia también tiene algunas en stock en su tienda de Felanitx. Los clientes de Antònia Camia pueden elegir entre tres tallas, mediana, grande e infantil, y una treintena de telas diferentes para tener una mascarilla a su gusto: flores, cuadros de vichy, rayas, motivos tropicales, geométricos y también colores lisos conforman la oferta de la modista. "Se han convertido en un complemento más y la gente dedica un tiempo a escogerlas, igual que si fueran a comprar un vestido o una camisa", relata. Dice Antònia que mientras tenga demanda, seguirá fabricando mascarillas, pero reconoce que hay incertidumbre alrededor de este producto: "No sabemos qué va a pasar y si vale la pena invertir más en material". De momento, debido a la obligatoriedad de portar mascarilla, la demanda se mantiene estable y Antònia Camia continua introduciendo algunas telas nuevas en su catálogo.