La báscula siempre se equivoca. Si nos pasamos más tiempo adelgazando que comiendo, ¿por qué engordamos? La barriga es un lujo solo al alcance de los pobres y demás clases sacrificadas. Los ricos han de justificar su opulencia manteniéndose en una envidiable forma física. Su hiperactividad anticalórica transmite la idea del sufrimiento calvinista. Frente a quienes viven para engordar, solo la dieta colaborativa reconcilia el aspecto con las expectativas. La razón de peso establece que el cuerpo es tu amigo. El único, en ocasiones.
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