Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arte

Niki de Saint Phalle vuelve a la isla que le inspiró

El Arxiu Municipal exhibe tres obras de la primera artista femenina del siglo XX, residente en Deià entre 1954 y 1956, protagonista este 2015 de exposiciones en el Guggenheim de Bilbao y en París

Imagen tomada en Deià en 1955, con Niki delante del cuadro titulado 'Le château du monstre et la mariée'.

La exposición La Musa i la mar que se inauguró el pasado jueves en el Arxiu Municipal de Palma, en Can Bordils (Carrer de l'Almudaina, 9), y que está dedicada a viajeros, artistas y escritores anglófonos relacionados con Mallorca supone el reencuentro de Niki de Saint-Phalle con la isla. Una creadora internacionalmente conocida por su famosa serie de las Nanas, con un estilo que a veces roza el arte pop, que está viviendo un año muy especial, con muestras en el Grand Palais de París y en el Guggenheim de Bilbao.

Considerada como la primera artista femenina del siglo XX, Niki de Saint Phalle (Francia, 1930-Estados Unidos, 2002) residió en la isla a mediados de los años 50, en Deià, donde descubrió algunos de los motivos iconográficos de los que ya no se desvincularía. "Es la primera vez que se exhibe obra suya en Mallorca", destaca la historiadora del arte Conxita Boncompte Coll, una mujer que ha sido clave para lograr que tres obras de Niki de Saint Phalle hayan retornado a la isla gracias a su mediación con la Fundación que lleva el nombre de la artista y que tampoco hubiera sido posible sin el "extraordinario esfuerzo" de Pedro de Montaner, cocomisario y alma de la muestra.

"En la exposición de Palma [abierta hasta el 23 de octubre], el espacio de Niki se halla estratégicamente situado junto al de Robert Graves, pues la huella de Graves es muy fuerte en la artista. The White Goddess, y también su diosa negra, iluminarán la obra de Niki durante toda su carrera. El espacio Graves está presidio por la Virgen de Lluc a la que Graves se refiere en alguno de sus libros como la diosa negra. Solo aquí, podía contextualizarse tan bien el trabajo de Niki", explica Boncompte.

El espacio dedicado a Niki de Saint Phalle se halla estratégicamente situado junto al de su amado Robert graves.

Son tres las litrografías de Niki de Saint Phalle que se exhiben: Rêve. 1971. 65x70 cm; Nana Pomme de Terre. 1975. 51x67 cm; y La Femme (portrait of Mimi) or Clarissa. 1995. 65x50'5 cm, todas procedentes de The Niki Charitable Art Foundation, Santee (California).

Niki y su marido, el escritor Harry Mathews, oyeron hablar de las maravillas de Mallorca, donde vivirían entre 1954 y 1956 con sus hijos -el segundo de ellos nacería en Palma-, gracias a un amigo en común. En un mail remitido por Mathews a Boncompte con motivo de la muestra palmesana, el marido de Niki recuerda que en la Mallorca que se encontraron todo "era muy bonito e increíblemente barato. No había turistas. Llegarían diez años después". La pareja viajó hasta Palma en barco, desde Marsella, junto al experto luliano Anthony Bonner (Nueva York, 1928) y su mujer. Después de visitar la isla, "inocentes que éramos, seguimos el proyecto de vivir en un lugar remoto, Deià, con terrazas al mar y rodeado de olivos. El hecho de que Graves viviera allí añadía cierta atracción", recuerda Mathews.

Otro de los espacios de la esposición dedicada a una de las artistas femeninas más importantes del siglo XX.

Durante estancia en Deià "fueron felices". El pueblo "les impresionó mucho" y la artista se entregó a la creación. "Muy pronto uno de sus cuadros, Los olivos (1956) se vendió en Suiza", apunta Boncompte. "En Mallorca pintó grandes obras, como Deya (1957); recibió una herencia artística que perduraría, la de Graves; reflexionó sobre el paisaje y gestó una idea, la del laberinto, que luego desarrollaría", agrega la experta.

Desde Deià, la primera mujer que dejó su sello en el espacio público a nivel mundial realizó un viaje a Barcelona que marcaría su trayectoria artística, como luego demostró con su gran proyecto exterior El jardín del Tarot, un parque de esculturas monumentales en la Toscana. En 1955 se embarcó en Palma rumbo al Parc Güell de Barcelona. Gaudí fue su gran estímulo, como dejó escrito: "Allí el magnífico Parc Güell de Gaudí. Descubrí a la vez a mi maestro y mi destino. Temblé. Sabía que yo también, algún día, construiría un jardín de alegría. Un pequeño rincón del paraíso".

Con el paso del tiempo, Niki no pudo soportar seguir viviendo en Deià. "Y tenía razón", escribe su marido. "La pequeña sociedad de forasteros en el pueblo había devenido odiosa y destructiva. Volvimos a París".

Fragmento del cartel de la muestra, de Conxita Boncompte.

Compartir el artículo

stats