Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítcia de arte

En términos de conjunto

En ocasiones vaciamos maletas llenas de cosas hasta ocupar por completo el espacio de la habitación, luego intentamos entrar en ella, como si se tratase de iniciar un viaje vacío de cargas, abandonando buena parte de lo que hemos ido acumulando a lo largo de los años.

La instalación que Joan Cortés (Pollença, 1964) exhibe en el Casal Solleric también incide en el tema de la mudanza y el desplazamiento; el conjunto de mesas blancas refleja realidades efímeras que se disipan en el espacio.

Cortés desea expresar la individualidad dentro de la acumulación y nos invita, no sólo a nuevas miradas de un mismo objeto, sino a fijar la atención en detalles irrelevantes. El impacto visual que nos produce confluye en una imagen sólida, igual que la repetición que expresa la eternidad contra la permanencia. Un sentido místico de transmutación que, según el filósofo y crítico de arte italiano Gillo Dorfles, consigue encontrar el camino hasta la íntima matriz del espíritu humano. En los años 50 el cineasta, escritor y aventurero Guy Debord criticaba a la sociedad, calificándola de frívola por convertir la compra en la forma de ocio predominante, y el objeto como protagonista imprescindible en sus vidas. Decenas, cientos y miles de objetos nos rodean o, tal vez, nos oprimen con su presencia; algunos los elevan hace décadas a la categoría de arte, me viene a la mente la obra de Arman o Allan Krapow, también la imagen de Fabio Mauri en la 56ª edición de la Bienal de Venecia, con sus maletas que no viajaron jamás.

La de Joan Cortés es una estructura que sujeta las cosas y el mundo, con ello una profundidad infinita se abre ante nuestra mirada, un precipicio en vertical que no termina dónde alcanza nuestra vista, y amenaza con arrastrar consigo al espectador, al encuentro con su propia infinitud y acumulación de experiencias. Porque de eso se trata, de una instalación que establece diálogo con nuestros propios olvidos, que ahora penden entre los muros de un patio del siglo XVIII.

Joan Cortés

Theorem of space

Pati del Casal Solleric.

Passeig del Born, 27 (Palma).

Hasta el 30 de agosto.

Compartir el artículo

stats