Después de mayo

Nacionalidad: Francia, 122 minutos

Director: Oliver Assayas

Actores: Clément Metayer, Lola Créton, Felix Armand

Cines: Augusta

Tras el magistral (en su versión larga) retrato del terrorista Carlos, el cineasta Olivier Assayas recoge las alas y desciende a ras de suelo para hurgar en los rescoldos del mayo francés. Evita el momento álgido, con Sartre o Dani el Rojo arengando a las masas y detiene el cronómetro tres años después, en verano de 1971, sobre unos estudiantes. Han formado un grupúsculo de ultraizquierda, huyen del proselitismo comunista, cuestionan a Mao y su ideología es una difusa mezcla de trotskismo y anarquismo. Assayas nos muestra, sin paternalismo ni dogmatismo, que son ante todo jóvenes. Y burgueses. Se mueven entre los impulsos de experimentar y luchar, y el de ser amados y asentar su futuro. Gilles, el protagonista, hace pinitos de pintor pero su padre le incita a trabajar en su productora de cine. Su mejor amigo se enamora de una americana y se zambulle en el orientalismo. Su ex novia cae en las drogas y la autodestrucción.

Todo eso se narra con una sencillez y naturalidad extremas: actores desconocidos, imberbes como sus personajes; recreación impecable de los ambientes de esa época (sólo abusa un poco, en la fotografía, de las tomas con grúa); y banda sonora exquisita, Booker T, Kevin Ayers, Tangerine Dream, Nick Drake, Soft Machine, Captain Beefheart... Sólo peca Assayas, ya se apreció en Carlos, de perder fuelle en el tramo final. No se vislumbra un desenlace en alto y el spleen de los protagonistas acaba contagiándose al espectador. El balance a pesar de ello es positivo. Después de mayo viene a ser un Cuéntame sin pringosa patina costumbrista y con triple dosis de sinceridad.