­Cuando supo que sería abuela, la escritora Carme Riera empezó a darle vueltas a la posibilidad de mirar con ojos de niña sus primeros años de vida en Palma para podérselos contar a su nieta, un relato que ayer presentó bajo el título Tiempo de inocencia.

Publicado por Alfaguara y Edicions 62, la autora mallorquina recrea en el libro el universo de su infancia con elementos hoy ya desaparecidos -en su ciudad todavía vio rebaños de ovejas-, al tiempo que construye un retrato panorámico de su familia y su entorno durante los años cincuenta del siglo XX.

Riera, metida de lleno en la redacción de su discurso para acceder a la Real Academia de la Lengua Española, comentó que desde la sinceridad más absoluta explicó sus primeros años de vida en una gran casa del centro de Palma, junto a sus abuelos, padres, hermanos y una tía soltera, llamada Celestina. Advirtió que no ha escrito una novela, sino una serie de estampas, que pueden funcionar como piezas sueltas, en las que, sin juzgar a la niña que fue, relata algunas de sus peripecias. "No lo he explicado todo, pero todo lo que aparece es verdad", subrayó.

La futura académica reconoció que ahora ofrece al lector una "visión personal de su infancia", que pueden leer tanto personas de su generación, que se sentirán identificados con la descripción de la escuela española de los años cincuenta, como los más jóvenes.