Estrenar un coche de alta gama debe ser una experiencia única que solo se podría verse empañada si el viaje inaugural del vehículo acabara en suceso. Y esto mismo fue lo que le ocurrió el fin de semana pasada al propietario de un ´rent a car´ que decidió probar su última adquisición, un Ferrari 458 Spider, de más de 300.000 euros. Dos horas después, el coche era un amasijo de hierros. ??

Por esta misma situación han pasado grandes estrellas del deporte. El mismísimo Rafa Nadal salió ileso tras estrellarse con su coche de alta gama contra un poste eléctrico cuando era un conductor novel, en julio de 2006, en una carretera de Manacor.

En Mallorca, también Samuel Eto'o dio el susto al sufrir un accidente con un Mercedes CL 500, de 500 caballos, cuando circulaba a una "velocidad desproporcionada" camino del aeropuerto por la Vía de Cintura. Milagrosamente también salió sin un rasguño.

Alber Luque, otro exmallorquinista, tuvo un accidente muy curioso con su Porsche 4x4 en noviembre de 2006. El futbolista, que se dirigía hacia el aeropuerto de Newcastle, tras sufrir un pinchazo detuvo el vehículo en el arcén y llamó con su móvil al servicio de asistencia. Cuando el catalán realizaba la llamada, un camión se llevó por delante al coche del que acababa de salir. Adiós Porsche, menos mal que Luque que no estaba dentro.

Ever Banega es otro futbolista accidentado. Primero se atropelló a sí mismo al no dejar puesto el freno de su vehículo rompiéndose la tibia y el peroné. Tiempo después, en julio de 2012, salió indemne de las llamas que carbonizaron su Ferrari 458 en las instalaciones de la ciudad deportiva del Valencia.

Cristiano Ronaldo destrozó su Ferrari al chocar contra un muro de protección de una carretera de Manchester allá por el 2009, cuando aún vestía la camiseta roja del United. Ronaldo, que salió ileso del aparatoso incidente, decidió sacar provecho del desafortunado incidente y acabó subastando su Ferrari por internet.??

También en 2009, el día después de Navidad, Karim Benzemá estrelló su Lamborghini a la salida de una discoteca en la que festejaba su 22 cumpleaños. El central del Valencia, Ricardo Costa tampoco supo controlar los 620 caballos de su Ferrari 599 GTB recién comprado y acabó estrellándolo contra un árbol a la salida de un entrenamiento.