-Ha pasado mucho tiempo desde que usted hizo de traductor entre Felipe González y Ronald Reagan en los años 80. ¿Fue interesante esa conversación?

-Mucho ha llovido. No puedo decir nada pero tampoco es un secreto que este tipo de conversaciones son muy generales. Son una toma de contacto, es poner cara a lo que si no sería un ente abstracto. No hay mucho más.

-¿Cree que son más importantes los temas que tratan hoy en día Rajoy y Merkel?

-Pues sí, por supuesto. Estas reuniones concretas son más interesantes, lo otro es un poco de salón pero tiene importancia porque son ya dos personas con cara las que hablan cuando tienen que tratar otras cosas. Ahora no sé si hay mucho que decir. La verdad es que ahí ando tan perdido como todo el mundo. Ya no sé si todo depende de Angela Merkel o si somos nosotros los que tendríamos que organizarnos un poco dentro de casa.

-¿Tiene esperanzas en la clase política?

-Ninguna. Vamos muy mal y no debería ser así. Siempre he defendido que la clase política es honrada y eficiente con excepciones y las excepciones son las que llaman la atención, las que salen en la prensa, pero el conjunto es tan bueno como todo lo demás. Pero ahora estoy empezando a dudar, a invertir los términos. En las elecciones vota una minoría mínima porque la gente se desencanta, eso es peligroso porque se está deshaciendo la democracia, no solamente en España, en el mundo occidental.

- En su condición de catalán,¿cómo ve la polémica en torno a la posible independencia de Cataluña?

- La verdad es que no tengo las ideas muy claras. Por supuesto que hay un aprovechamiento y una estrategia, pero sí es verdad que hay un movimiento no minoritario. Siempre ha habido un malestar, un descontento, un desencuentro, un conflicto que se arrastra desde hace siglos que nunca se llega a abordar de una manera clara. Los que nos interesamos por la historia vemos que este mismo conflicto ha ido reapareciendo continuamente y los conflictos hay que ventilarlos. Pero nunca se ha encarado bien. Lo que se está diciendo en Cataluña son una sarta de disparates, pero lo que se dice en contra fuera son disparates también.

-¿Pero ve factible la independencia?

Bueno, da la impresión, y me remito sobre todo a la prensa extranjera, que lo que hace unos años era una fantasía ahora es un hecho que se puede considerar. Lo cual ha dado muchos ánimos a los independentistas porque en vez de sentirse bichos raros pues ven que hay una posibilidad de que eso se generalice y otras zonas de Europa opten por la misma vía. Los tiempos han cambiado, Europa no es lo mismo y hay una cierta sensación de que es viable. ¿Conveniente? Eso ya no lo sé...

-Nos enfrentamos a grandes recortes en cultura y educación. ¿Cómo ve el futuro?

Mal. Lo veo muy mal. Precisamente cuando hay una crisis, y vamos a tener cada vez más problemas, es cuando más necesitamos educación y cultura, porque si no ya estamos mal y estaremos cada vez peor.

-¿Por qué eso que ve todo el mundo no lo ve quien lo tiene que ver?

Pues no sé por qué... Claro, la cultura y la educación son el eslabón más débil porque la protesta es imposible o muy pequeña. Si cierran los teatros no pasa nada. Si los maestros no van a clase un día no pasa nada. No es lo mismo que paren los aviones. Pero es muy pernicioso, porque cuando las cosas van bien no hay que preocuparse de la educación, no hace falta que la gente sepa leer y escribir. Pero claro cuando las cosas van mal es cuando más se necesita gente preparada. Y eso es lo que estamos descuidando. Por eso nos irá mal, fatal.