Nyman conjura el sonido del mundo, lo conjuga y lo confuta. Una vez empaquetado, lo restituye con la misma euforia de la desesperación que embarga a Francis Bacon, o a Beckett, o a Greenaway. Mejorar en el fracaso, marchando alegres hacia la derrota final. En sus conciertos imprescindibles €Auditòrium, La Misericòrdia€ parafrasea la actualidad, que hunde directamente en el sistema nervioso del espectador. Sin intermediarios. En su obra, el ser humano no camina, se desliza como esos animales que dejan tras de sí una estela pegajosa.