Cuatro años después de su anterior visita a Mallorca, el musical Grease (mitificado por la versión cinematográfica de Randal Kleiser, 1978) regresa al Auditòrium, con significativas variaciones en su ficha artística y técnica, y lo cierto es que sustancialmente mejorado. Se han renovado coreografías, se han añadido canciones y se ha apostado aún en mayor medida por la comicidad, el ritmo y la espectacularidad.

No deja de resultar curioso que, en un Auditòrium abarrotado hasta los topes el jueves por la noche, en la función de debut, representasen buena parte del público aquellos que (jóvenes, adolescentes y niños) ni siquiera habían nacido cuando se estrenó este musical en Broadway, hace cuarenta años. Así que habrá que convenir en que Grease constituye, en buena medida, un clásico: con un argumento de lo más superficial (cosa habitual en el género), pero con unos números musicales memorables y unos cuantos antológicos, que esta puesta en escena nos ofrece con toda la espectacularidad que la ocasión requiere: buenos intérpretes, orquesta en directo, coreografías vistosas y un contagioso despliegue de baile, música y efectos visuales. No tiene mucho sentido hablar aquí de mensaje, pero incluso alguna pincelada en este sentido (como la conveniencia de finalizar los estudios) tampoco resulta ociosa.

La reacción de los espectadores, no muy distinta de la de hace cuatro años: ovaciones en cada número y una apoteosis final, con el público puesto en pie, moviéndose y siguiendo la música con palmas. Si lo que buscan es un montaje espectacular, vayan a verlo, antes de que el IVA nos alcance.

Grease

Auditòrium (Palma)

Autores: Jim Jacobs y Warren Casey. Dirección y coreografía: Coco Comín. Intérpretes: Edurne, Jordi Coll, Manuela Nieto, Ivan Santos, Marta Tomasa, David Moreno... Dirección musical: Manu Guix