El Observatorio Astronómico de Mallorca (OAM) ha señalado que el tránsito de Venus por delante del Sol podrá verse en Mallorca desde la zona costera de Levante, un fenómeno que se podrá observar durante la madrugada de este miércoles 6 de junio.

El tránsito comenzará pasada la medianoche (hora local) y finalizará a las 06.55 horas. No obstante, en Mallorca solo será posible la observación, muy ajustada, del final del tránsito, es decir, durante 28 minutos desde la salida del sol (06.27 horas) hasta las 06.55 horas.

Por ello, los lugares de observación escogidos deben tener visibilidad del horizonte este sobre el mar. Por tanto, se recomienda la zona de la costa de Levante, desde Playa de Muro, Can Picafort, Cala Ratjada hasta el Cap de Ses Salines.

El Observatorio ha recordado los riesgos que puede ocasionar una observación sin precaución, subrayando que sin protección se puede detectar la ceguera instantánea e irreversible por quemadura de la retina. Todo ello, para observar un fenómeno que no volverá a producirse hasta el año 2117.

Por ello, alerta de que no se debe mirar al sol directamente, a simple vista, con instrumentos ópticos de aumento, reflejado en el agua, con gafas de sol o mediante cristales ahumados por las llamas. También descarta otros elementos como negativos de fotografías, radiografías, el uso de CDs, DVDs o disquetes de ordenador, o filtros polarizados.

Asimismo, rechaza la observación directa a través de filtros solares que se acoplan al ocular del telescopio, llamados 'solar' (Sun), como el que algunos fabricantes suministran con el telescopio. Por contra, los filtros utilizados deben ponerse siempre sobre el objetivo.

Para fotografiar y filmar el tránsito, el Observatorio subraya que tampoco se puede mirar directamente a través del objetivo. Así, recomienda utilizar teleobjetivos medios y cámaras de vídeo, con filtros de densidad neutra 5 o superior.

RECOMENDACIONES PARA UNA OBSERVACIÓN SEGURA

Sin embargo, el Observatorio informa de una serie de medidas aptas para una observación segura. Las llamadas 'gafas de eclipse' son una opción, siempre y cuando cumplan la directiva europea número 89/686, aunque deben filtrar el 100% de la radiación infrarroja, ultravioleta y de la luz visible. Si se conservan gafas de eventos anteriores se debe comprobar que no estén rotas o arañadas. Otra opción, es la utilización de un vidrio de soldadura con filtros de 12 a 14.

Estos dos métodos solamente se pueden utilizar para mirar a simple vista, teniendo en cuenta que no se debe mirar de forma continua, sino que hay que dejar descansar los ojos.

Los instrumentos de aumento concentran mayor cantidad de luz, por lo que no es suficiente utilizar 'gafas de eclipse' o vidrio para proteger a los ojos.

En este sentido, los telescopios o prismáticos deben estar equipados con filtros homologados para la observación solar o filtros de Mylar aluminizado, que se acoplan al objetivo de ambos instrumentos. No obstante, el Observatorio añade que la forma más segura con estos mecanismos es la proyección sobre una pantalla.

SEGUIDOS DESDE EL SIGLO XVIII

Los tránsitos de Venus llamaron por primera vez la atención en el siglo XVIII. En aquellos días, el tamaño del sistema solar era uno de los mayores misterios de la ciencia. La distancia relativa de los planetas era conocida, pero no sus distancias absolutas. La respuesta a la pregunta era tan misteriosa entonces como la naturaleza de la energía oscura ahora.

Venus era la clave, según el astrónomo Edmund Halley. Se dio cuenta de que observando el tránsito desde varios lugares de la Tierra debería ser posible triangular la distancia a Venus. La idea impulsó a los científicos que partieron en expediciones a todo el mundo para ver un par de tránsitos en el año 1760. El gran explorador James Cook fue enviado a observar uno de Tahití, un lugar tan ajeno a los europeos del siglo XVIII como la Luna o Marte puedan parecernos a nosotros ahora. Algunos historiadores han llamado a este esfuerzo internacional "el programa Apolo del siglo XVIII".

En retrospectiva, el experimento entró en la categoría de las cosas que suenan mejor que lo que realmente son. El mal tiempo, la óptica primitiva, la natural "confusión" de la atmósfera de Venus y otros factores impidieron a los primeros observadores la recolección de los datos que necesitaban. El momento adecuado para un tránsito tendría que esperar a la invención de la fotografía un siglo después del viaje de Cook. A finales del XIX, los astrónomos armados con cámaras finalmente midieron el tamaño del Sistema Solar como Edmund Halley había sugerido.