"Me apropio del arte ajeno, como Lady Gaga, pero mis referentes son más ricos"

–¿Se considera usted vedette, como Normal Duval?

–Más que vedette como Norma Duval, Merche Mar, La Maña, Lina Morgan u otras mil, me considero una humilde heredera de algunas de las artes de todas ellas, pero pasada por la turmis de La Terremoto.

–¿Cómo es la vedette del siglo XXI?

–Una vedette más generación 2.0. Ya no hace falta enseñar chicha, aunque no desmiento que luzco mis kilométricas piernas. La televisión ya da mucha carne... y picada.

–¿Volverá a ser el Paralelo la arteria más canalla de Barcelona?

–Nunca ha dejado de serlo en secreto, ahora lo vuelve a decir a gritos con luces de leds.

–¿Cree que también será un lugar de moda para la high class? Lo digo porque el local de tapas de los hermanos Adrià se ubicará también ahí.

–El Paralelo abre sus puertas a toda tendencia, estrato y sobre todo a las ganas de vivir la noche y el día. El Molino acogió a grandes como Fellini o Dalí, también a curritos del barrio. Hoy todos tenemos acceso a las tapas de Adrià y a ver al gran bailaor Amador Rojas en El Molino.

–Dicen que el alcalde Jordi Hereu quiere convertir aquello en el Broadway mediterráneo, ¿no es un poco exagerado?

–L´Hereu, como yo ya le llamo cariñosamente tras la amistad que afianzamos en el estreno del Molino, y como todos, quiere lo mejor para su ciudad. Que empiecen por el Arnau antes de plantar huellas de celebrities en el cemento, teatro-ruina en el que debuté en Barcelona con Diabéticas y de donde aún cuelga nuestro póster.

–¿Qué género se le da mejor para desmelenarse: revista, copla, striptease, flamenco, boleros...?

–Más bien el género más femenino de mi carrera y, si puede ser, tocando todos los palos, o dando palos al agua.

–¿Usted es más de vodevil o de astracanada, como Lady Gaga?

–Lady Gaga, el producto, no aporta nada nuevo. Ahora, eso sí, como apropiacionista tenemos mucho en común. Sin embargo, la escuela de Diabéticas Aceleradas me ha enseñado a presumir de vodevilesca y a tener otros referentes más enriquecedores.

–¿Cómo doma al camaleón que lleva dentro?

–Ni lo intento, la doma me viene grande.

–Ahora que anda por El Molino. ¿Qué será del Flexas sin usted?

–El lunes y el martes volví a servir en nuestras mesas del Flexas, a equivocarme en las comandas, a derramar más de una copa, pero con arrrte molinero, así que nadie se confunda: soy vedette mesonera en el Flexas hasta que la muerte nos separe.

–¿Qué entiende por espectáculo picante y verde, cuando hoy en día se hace hasta un Shakespeare (Hamlet para más señas) con todo el mundo en pelotas?

–Picante y verde no es nada si no tienes menos de 12 años. Es más sano un espectáculo pícaro e irónico, cada vez hay más cosas que no se pueden decir en un escenario, lamentablemente.

–¿Cree que el Paralelo volverá a participar en los cambios políticos de la época como en anteriores ocasiones?

–Es probable. El día del estreno del Molino mentes políticas de la galaxia rieron a carcajadas juntos. ¿No es eso hacer política conjunta de una manera más cercana?

–¿Aspira a convertirse en la nueva Bella Dorita del Paralelo?

–¡Ojalá! Cantar La pulga, Fumando espero, La vaselina... Aunque ayer me sentí un poco ella cuando un hombre, ya en la sesentena larga, se me insinuó de una manera muy pilla y zalamera. Le encontré un gran encanto a todo su discurso sólo para manifestar su alegría de que hubiera recogido el testigo molinero con cariño y respeto. ¿No es eso grande?

–Hay quien dice que es una reinvención de las folclóricas. ¿Lo aprueba?

–Las folclóricas, una especie en extinción, requería una revisión, y yo estoy en ello. Sí, lo apruebo.

–Usted será muy terremoto, ¿no le gana el alcalde de Valladolid?

–Las lamentables declaraciones del señor León de la Riva deberían dejar de provocar terremotos machistas. El alcalde debería preocuparse por esa tierra de ricos vinos y por los suyos.

–¿Cuál es el lado convencional de La Terremoto?

–Pues déjame que lo piense y me llamas en un par de años...

–¿Con quién se identifica más, con Madonna o Raquel Mosquera?

–Por supuesto con Madonna, eterna amiga y compañera que ha dado de comer sin siquiera planteárselo a cuatro familias más. ¿No somos clónicas?

–La última vez que explotó.

–Unos días después del estreno en El Molino. Eran muchos los dardos que me apuntaban y que tuve que saber esquivar... Suerte de mi elasticidad y el bendito Pilates.

–Al final ha conseguido que el barrio Canamunt se afiance como la zona más canalla de Palma. Enhorabuena. ¿Cuánto tiempo de éxito le vaticina?

–Lamentablemente es difícil ponerse de acuerdo en el gremio hostelero sobre horarios, ofertas puntuales que provocan colapso y demás. Desde el Flexas intentamos equilibrar la oferta para que la demanda no se reduzca a un gancho preciso, sino que el barrio todos los días tenga cosas que ofrecer. Las avalanchas de gente se dispersarían durante todos los días de la semana y las quejas de los vecinos disminuirían.

–Terremoto, ¿qué le hace temblar? ¿Dónde está su epicentro?

–Supongo que el epicentro está en el corazón por no decirte otra cosa... Me hacen temblar las próximas elecciones como a muchos españoles, ese día vestiré una mochila de plumas verde esperanza, y no Aguirre exactamente.

–¿Qué es el glamour de periferia?

–Algo que me apropié por ser ciudadana que tiene un bono de transporte mensual.

–Tiene tantos seguidores como Arturo Pérez-Reverte en Twitter.

–Tengo unos diez mil y pico, sin contar Myspace, canal Youtube y Fotolog... Pero yo prefiero liarla fucsia sin atentar contra nadie. Las redes sociales son para acercarnos, no para levantar muros.

–¿Qué proyecta ´la Terre´ para el futuro cercano?

–Perhaps, quizá, pentura fue un espectáculo que en colaboración con la banda de saxofones Peutêtre, Chuso, dj Toni Bass, Toni Toledo o Adela Peraita presentamos en Es Baluard el pasado agosto. Hoy estamos en negociaciones con el Sónar, el Guggenheim o el MUSAC para presentarlo. Vamos, que me estoy refinando a lo My Fair Lady. (Ríe).