Ante la petición de que pusiera ejemplos, García Martín contestó: "Ocuparían demasiado espacio citarlos a todos; me limito a un ejemplo: Juan Goytisolo cuando da lecciones de marginación y rechazo del sistema literario desde el periódico más vendido del país, o pone a Marruecos como ejemplo de tolerancia en materia sexual."

"Gabinete de lectura" reúne los artículos publicados por García Martín durante el último año y una colección de aforismos sobre libros y sobre lectura, uno de los cuales sirve para titular esta crónica, mientras que otro afirma: "Los malos libros y los malos lectores sostienen el negocio editorial."

Preguntado sobre este último, García Martín dijo que "no hay más que ver la lista de 'best seller'", si bien matizó que esta afirmación suya "es quizá un poco exagerada", para, a continuación, ironizar: "Es imposible que no se cuele algún buen libro por mucho cuidado que se ponga en la selección para que al editor no se le venga abajo el negocio; ha ocurrido incluso en el Premio Planeta."

Para animar a la lectura a los inapetentes, si realmente tuviera un "Gabinete de Lectura", García Martín recomendaría "una antología de aforismos, otra de haikus y una tercera de microrrelatos".

Preguntado sobre los adultos que nunca han leído nada admitió que "no se me ocurre ningún tratamiento", si bien añadió: "Los únicos adultos que yo conozco que nunca han leído nada son escritores o editores, exactamente la gente que nunca hace caso de mis consejos."

Coincidió con Borges en que hay que leer lo que a uno le apetezca en cada momento, "al menos en lo que a lectura literaria se refiere", porque "sin el placer de leer la literatura no sirve para nada, es la forma más inútil de perder el tiempo".

Y sobre el fomento de la lectura señaló que "quizá el mejor sistema para hacer que la gente se interese por la lectura sea prohibirla; siempre que escucho a alguien quejarse de que la gente no lee, me encojo de hombros y pienso: 'Pues ellos se lo pierden'".

Autor de varias antologías de poesía, señaló que "no es del todo cierto que haya menos lectores de poesía que de novela; lo que hay son menos compradores de libros de poemas; la poesía viaja mejor fuera del libro; no hay más que ver los infinitos poemas que circulan por internet."

También coincidió con Alberto Manguel --"aunque creo que yo lo dije antes", advirtió-- al afirmar que "no se puede obligar a nadie a leer como no se puede obligar a nadie a enamorarse".

De la circunstancia de que sea el escritor Andrés Trapiello quien haya editado este "Gabinete de lectura" en el sello granadino que dirige, La Veleta, dijo: "Es el único editor que conozco capaz de publicar un libro en el que se le ponen algunos reparos a sus obras, aunque bien es cierto que son mayores los elogios, con lo que el sacrificio no es tan grave."

Sobre otro de sus aforismos --"Mal libro el que no empieza de nuevo cuando termina"-- explicó que "las obras que valen la pena siguen creciendo dentro de nosotros cuando llegamos a la última página", mientras que sobre su tarea como crítico aseguró: "Me satisface más descubrir a un nuevo valor que sacarle los colores a una supervalorada antigualla... Pero debo reconocer que disfruto más con lo segundo."