—¿Hacer ciencia ficción supone asumir ser un marginal en la literatura?

—Hasta hace poco, sí. Ahora está cambiando porque las grandes editoriales se están abriendo, sobre todo al tecnothriller.

—Pese a llevar una docena de libros y varios premios, ¿da para vivir o se mantiene como diseñador industrial?

—Al 50%, pero por decisión propia. Probablemente podría vivir solo de escribir, pero paso semanas sin salir de casa cuando escribo y el diseño me obliga a relacionarme.

—Y eso del ´tecnothriller´, ¿qué es?

—Es llevar al extremo las posibilidades de la ciencia actual y advertir de los peligros si se da un paso más.

—O sea, son unos alarmistas…

—No. Soy un enamorado de la ciencia, porque nos ha permitido escapar de la oscuridad, pero en la novela has de buscar el conflicto y puede ser científico o social.

—¿Ciencia ficción convertida en literatura social?

—La ciencia ficción lo que te permite es contemplar la realidad sin las limitaciones del absoluto realismo. En La zona, el tema radica en que la mayoría de los que trabajan en los invernaderos de Almería son inmigrantes ilegales que suelen estar solo tres meses, porque es el tiempo en que aprenden el idioma y empiezan a enterarse de sus derechos. Quieren el trabajador sin mente, como un zombi haitiano.

—¿La metáfora es que estas grandes industrias buscan ´zombis´ actuales?

—Eso es. La forma de tenerlos es que estén aislados. Exagerando ese aspecto llegas a una novela de ciencia ficción.

—¿Por qué los zombis vuelven a estar de moda? ¿Es solo cosa de ciclos?

—Los muertos vivientes empiezan con George Romero en la crisis del 70 y ahora que estamos en otra vuelven. El miedo más íntimo de un ser humano es el miedo al otro y en estos tiempos que pensamos en masas descontroladas, crece ese temor al zombi.

—Le gustará ´The walking dead´…

—El cómic, sí. La serie me parece horrorosa. No han querido adaptar el cómic.

—¿Y ve mucho zombi en la política?

—Hernán Migoya juega con esa idea en España, una, grande y zombi, porque el zombi retrata un comportamiento alienado.

—¿Lo racional es algo notoriamente insuficiente para entender el mundo?

—Al contrario. Me gusta muy poco la fantasía. No he leído ni El señor de los anillos. La ciencia ficción es lo racional, películas como 2001 o Blade Runner, una herramienta maravillosa para entender nuestro mundo. No conozco a ningún aficionado que le gusten los ovnis.

—¿Haría una de vampiros al estilo ´Crepúsculo´

—No la he leído, pero me han contado cosas tremendas, como que un vampiro va al instituto. ¡Alucinante! Creo que el éxito del zombi es porque ya nadie se toma en serio al vampiro. Vivir eternamente en la Tierra hoy mola mucho.