­La decana editorial Moll (77 años de historia) está en una situación peliaguda. Su propietario, Francesc Moll, ha solicitado a la justicia un concurso preventivo de acreedores habida cuenta de su falta de liquidez para afrontar las deudas. Según el abogado del editor, Joan Font, se ha puesto en marcha el proceso previsto en el artículo 3.5 de la Ley Concursal, "el paso previo para comenzar a negociar con los acreedores y poder presentar después un concurso voluntario con un convenio anticipado ya cerrado y pactado". Este procedimiento es una especie de pre-concurso que permite llegar a un acuerdo previo con los perjudicados por las deudas bajo tutela judicial que permitiría salvar la empresa y los puestos de trabajo, "cosa que permite después una tramitación más ágil del concurso de acreedores". Font explicó que en el momento de recibir la notificación por parte del juez, el editor tendrá tres meses para cerrar un convenio con los mismos. Por otra parte, informó de que "lo más seguro" es que la editorial Moll tenga que presentar finalmente el concurso voluntario de acreedores.

Por su parte, Francesc Moll explicó a este periódico que la editorial acumula pérdidas debido sobre todo a la bajada de ventas en más de un 30% con respecto al año anterior. "Seguimos teniendo los gastos de siempre, pero los ingresos son muy inferiores a causa de la crisis, que está afectando de manera directa al sector del libro", apuntó. Sin embargo, se mostró optimista respecto a las previsiones del último trimestre del año. "Creo que lo iremos solucionando todo poco a poco. Durante los últimos meses del año suelen aumentar las transacciones", aseguró. Las primeras dificultades sufridas en la tesorería de la empresa tuvieron lugar cuando se apostó fuerte en 2007 por la reedición del Diccionari Alcover-Moll y por un cambio de local en 2004: las oficinas se mudaron al polígono de Can Valero.

La editorial nació cobijada por el Diccionari, que en 1926 publicó el primer fascículo. El sello se fundó en 1934 por el filólogo Francesc de Borja Moll, como continuación de la obra iniciada en 1896 por Antoni M. Alcover Sureda. Hasta la actualidad ha publicado más de mil títulos, entre ellos las rondalles mallorquines, un tesoro de la lengua catalana. No se puede hablar de la editorial sin recordar la labor realizada por Josep Maria Llompart, asesor literario.

Ahora mismo, el sello Moll es la editorial con más solera de la isla y un referente incuestionable de la difusión de la lengua y literatura catalanas.