El Casal Solleric tiene para todos. Como siempre. Cómic, escultura e instalaciones con fotografías componen el menú de su Nit de l´Art, cita palmesana que cumple 14 años y que abre la temporada artística de Ciutat.

Para abrir boca, una oportunidad excelente para reencontrarse con la obra del escultor Ferran Aguiló (Palma, 1957), una retrospectiva que contiene piezas de 1986 a la actualidad. Muchas de ellas se han recuperado o bien porque habían desaparecido o bien porque estaban dispersas en distintas colecciones y por primera vez han podido reunirse todas juntas. La primera sala de la planta noble la habita el universo de insectos moldeados en hierro por Aguiló, unas "arquitecturas biológicas" que se hallan entre la repulsión y la atracción y en las que se repite la forma tubular, marca del mallorquín. Los materiales, muchos de ellos reutilizables –madera, hierro e incluso los pelos del cepillo de una escoba– se convierten en pájaros, ratas u objetos marinos que adquieren una dimensión simbólica. "Todas las obras establecen el discurso del hombre que trabaja en su taller, y en cada sala del Solleric adquieren una emoción diferente de los momentos de la vida de Aguiló como escultor", explicó la comisaria de la retrospectiva, Marta Sierra. Lo inédito de la muestra son una serie de dibujos "automáticos", preparatorios de obras la mayoría de ellos.

Wally Wood ((1927-1981), siguiente plato del Solleric, siempre generoso con el cómic. Muchas de las obras del dibujante han llegado a ser referentes en los cómics modernos. Cerca de 200 originales del norteamericano han sido rescatados de las mejores colecciones estadounidenses bajo el epígrafe Woodwork. El viaje por el entresuelo del Casal lo ilustran las viñetas que realizó en páginas de la revista Mad, los dibujos de Spirit y sus representativas colaboraciones con EC Comics y Marvel. Completan el periplo, adaptaciones completas de algunas de las Crónicas marcianas de Ray Bradbury, testimonios de los incomprendidos héroes que se sacó de la manga para Tower o todas las estampas que realizó para el Ejército estadounidense. El colaborador de este periódico Florentino Flórez y Frédéric Manzano comisarían una exposición que ha tardado dos años en hacerse realidad y a la que le acompaña un lujo de catálogo de más de 300 páginas.

La planta cero, ahora Zona Zero, la ocupa una pieza sonora de Daniel Palacios, Outcomes, una instalación modular formada por un número variable de tubos de resonancia distribuidos en el espacio y un gráfico de flujos en el suelo. Cuando el espectador se adentra en el espacio que conforma la pieza el sonido comienza a fluir. La obra supone una invitación a la reflexión acerca de la relación que se establece entre la obra de arte contemporáneo y el público, activo en esta instalación.

Todos los sentidos también se disparan ante las dos instalaciones de Daniel Canogar en el Espai Quatre, siempre comisariado por Neus Cortés. El artista intenta explorar la relación que el ser humano y su sistema neuronal mantiene con internet. "La red nos atrapa y nos fascina a todos, y ha entrado de lleno en todos los aspectos de nuestra vida. De algún modo ha alterado nuestro modo de ver el mundo", observaba ayer el artista frente a una instalación que simula una maraña de cables y desechos informáticos. Enredos, al igual que el resto de muestras, patrocinadas por la CAM, se inaugura hoy a las 20 horas y podrá verse hasta el próximo 7 de noviembre.