Esto es para estar muy orgullosos. El Mallorca logró ayer una victoria para el recuerdo. Una de esas que se quedarán en la retina de la temporada al tumbar al Villarreal, con goles de Muriqi y Amath, en un ejercicio impecable de principio a fin que embelleció en una fantástica segunda mitad (0-2). Esta victoria sabe a gloria, y más después del empate ante el Espanyol de la anterior jornada (1-1), porque significa que llegará al parón del Mundial fuera del descenso, ahora a cinco puntos, y con la autoestima por las nubes. Venció a un adversario que todavía no había perdido como local y que lucha por meterse en la Liga de Campeones, pero que fue incapaz de ponerle en aprietos de verdad.
Los bermellones volvieron a demostrar su fiabilidad como visitantes con una actuación en la que quedó claro, una vez más, que sabe a lo que juega con los recursos que tiene. Por eso puede presumir de los dieciséis puntos que acumula en la tabla antes del duelo del miércoles ante el Atlético de Madrid en Son Moix, una cifra que cualquiera hubiera firmado en julio.
La primera parte finalizó con un veintidós por ciento de la posesión por parte del Mallorca, pero chutó más y se fue al descanso con 0-1 en el electrónico. Esto lo dice todo sobre lo que fueron los cuarenta y cinco minutos iniciales, con el equipo dirigido por Toni Amor desde el banquillo, por la sanción de Javier Aguirre, muy ordenado y rocoso. Es el manual que ya ha demostrado en otras ocasiones. Está cómodo sin el balón y no tiene ningún problema a la hora de defenderse, por mucho que delante tenga a un adversario con tanta calidad como el Villarreal. No había que ser ningún adivino para prever que los de Setién iban a querer la pelota, pero eso no fue sinónimo de hacer daño. Ni mucho menos. De hecho, solo un chut alto de Chukwueze y poco más fue su bagaje en ese periodo.
El plan de los baleares era claro, resistir y tratar de sorprender en alguna contra. Eso sí, tampoco estuvieron tan finos en ese aspecto, pero lo cierto es que lo más peligroso llevó su firma. Primero tras un fabuloso pase de Kang In Lee al espacio para que Jaume Costa se plantara ante Rulli, pero el lateral evidenció que no es delantero y su tiro fue repelido por el portero. Muriqi tampoco pudo rematar en condiciones el rechace. Fue toda una declaración de intenciones, aunque para ser justos fue una ocasión esporádica. El Mallorca estaba muy lejos del área rival cada vez que recuperaba la pelota, un detalle que debía mejorar, pero atrás no tenía contratiempos y sabía cerrar espacios para tapar a los Danjuma, Parejo y compañía. Un cabezazo de Muriqi, tras un pase de Gio, fue otro acercamiento, pero el bueno es el que llegó en el minuto treinta y dos. Dani Rodríguez, que ha elevado su rendimiento, filtró un sensacional pase a Gio, que llegó al fondo para centrar al corazón del área y encontrar al omnipresente Muriqi, que con el interior batió a Rulli, con la fortuna de que el esférico rebotó en Albiol. Es el séptimo tanto en once partidos del kosovar, una bendición para este grupo.
El panorama era ideal para el Mallorca, que se está especializando en conceder muy poco al rival, y más si está con tantas dudas como los castellonenses. Así se fueron a los vestuarios, sin que pasara absolutamente nada en el último cuarto de hora.
Los bermellones fueron mucho mejores en la segunda parte, con más intensidad en ataque y con la misma consistencia en defensa. Y más allá de un lanzamiento de falta de Parejo que atrapó Rajkovic, el Mallorca deslizó su personalidad y oficio. Y supo mostrar los dientes. Una buena contra de Dani que se asoció con un activo Gio, no encontró rematador en una clara oportunidad. Y después, otra vez el gallego, estuvo cerca del gol, pero su remate fue defectuoso cuando tenía toda la portería para él.
El Villarreal espabiló, algo más fácil con jugadores de su talento. Chukwueze disparó fuera desde la frontal en una buena llegada provocada por Danjuma, pero el susto de verdad llegó cuando el propio Chukwueze estrelló el balón en el larguero en un disparo lejano. Rajkovic había vuelto a hacer la estatua, pero esta vez la suerte estaba del lado del que lo merecía.
Y cosas del fútbol, del posible empate a uno se pasó al 0-2 con una maravilla. Amath, que había entrado cuatro minutos antes, se sacó de la chistera un gol para el recuerdo. Muriqi le sirvió un pase con la cabeza y el senegalés, con un control en la misma línea del área grande, soltó un latigazo con la zurda imparable para Rulli. Un golazo que desató la locura en el banquillo de los visitantes y en el centenar de hinchas ‘barralets’ que estaban en las gradas del Ciutat de València.
A partir de ahí ya quedó claro que el marcador ya no se iba a mover. El Mallorca estaba crecido y los amarillos se ahogaban sin saber cómo levantarse. Hasta que llegó el final y Muriqi levantó los puños. No era un triunfo cualquiera.
VILLARREAL: Rulli, Kiko Femenías, Albiol, Pau Torres, Alberto Moreno (Mojica, min. 89), Trigueros (Nicolas Jackson, min.46), Capoue (Morales, min.89), Parejo, Chukwueze, Álex Baena (Yeremi Pino, mi.63) y Danjuma.
MALLORCA: Rajkovic, Gio, Valjent, Nastasic, Copete, Jaume Costa, Baba (Grenier, min.90), Galarreta (Battaglia, min. 86), Dani Rodríguez (Antonio Sánchez, min. 70), Kang In Lee (Amath, min. 71) y Muriqi (Abdón. min.86).
ÁRBITRO: Muñiz Ruiz (comité gallego).
GOLES: 0-1: Muriqi marca con un remate tras una combinación entre Dani y Gio (min.32); 0-2: Amath anota de un zurdazo desde fuera del área (min.74).
T. amarillas: Baba (min.40), Gio (min.46), Chukwueze (min.48), Baena (min. 53), Kang In Lee (min.54), Alberto Moreno (min.57), Dani (min. 59), Muriqi (min.70), Pau Torres (min.74), Costa (min.82). T. rojas: No mostró.
