El Levante, próximo rival del Real Mallorca en Liga, visita mañana Son Moix rozando el descenso, sin haber ganado aún esta temporada en la Liga, con el patio revuelto y el entrenador cuestionado... pero sin ultimátum para Paco López. El mal final de la pasada campaña y el inicio igual de malo de esta hace que el técnico valenciano esté en la cuerda floja. Este pasado fin de semana perdió en Barcelona y la situación es cada vez más grave. Más allá del KO en el Camp Nou, algo que puede ser hasta lógico, la sensación es que el equipo ya salió derrotado al campo y la plantilla creía poco en lograr una machada a domicilio. 

Esa misma plantilla que hace no tanto vencía al Real Madrid, pisaba semifinales de Copa del Rey o ganaba en el Wanda Metropolitano ante el campeón de Liga, se ha desvanecido. Lejos ha quedado ese equipo con batalla y brega. Más allá incluso del estilo, del que ahora no queda excesivo rastro. 

Por todo eso, una derrota que podía ser comprensible frente al Barcelona ha pasado a ser una losa más en la mochila de penas granota y un problema más para Paco López. El técnico, tocado, viajará a Mallorca sin un ultimátum pero consciente de que puede ser decisiva la actuación del equipo en Son Moix. 

El parón aparece a la vuelta de la esquina y la sensación es que puede ser el momento límite. Por eso Mallorca es fundamental para lo bueno y lo malo.