El Mallorca tiene un problema en el banquillo. Es un realidad desde el inicio de la temporada, pero se ha agravado en las últimas jornadas al coincidir con el bajón de nivel de juego del equipo y las ausencias de fijos en el once, especialmente en la zona de ataque. Futbolistas como Marc Cardona, Jordi Mboula, Álvaro Giménez, Mollejo, Febas, Murilo, Trajkovski o Lago están rindiendo muy por debajo de lo esperado. Ante el Castellón es cierto que alguno dejó chispas de la calidad que se le presupone, pero son solo muescas en un año en el que han sido intrascendentes.
Hará bien el Mallorca si conserva entre algodones a los Amath, Abdón y Galarreta de turno hasta final de temporada. Cuando no están, las rotaciones no funcionan y eso, en un equipo que ha rendido, a grandes rasgos, a un nivel superlativo todo el curso, ha dejado como resultado que el conjunto mallorquinista haya dejado escapar oportunidades de sentenciar el ascenso.
Ante el Castellón (1-0) el foco negativo se centró en varios de ellos y, en el caso de algunos, apunta directamente a la dirección deportiva y sus fichajes en el mercado de invierno. Ni Mollejo ni Giménez han demostrado todavía el porqué de su desembarco al club bermellón.
El delantero ilicitano acumula mil y una oportunidades desaprovechadas. Es uno de los jugadores ofensivos más empleados por Luis García y su bagaje es muy pobre. Doce partidos, 495 minutos y solo un gol ( de penalti). En Castalia no apareció en el área, llegó tarde a los centros y, cuando tuvo el empate en la ocasión más clara, remató mal. No se le puede reprochar falta de compromiso o esfuerzo, pero un equipo que aspira al ascenso directo necesita más.
Por su parte, el extremo de Alcázar de San Juan ha sido titular en dos ocasiones, y en las dos ha acabado sustituido. Actuando como extremo, apenas ha mostrado entendimiento con sus compañeros y ante el conjunto ‘orellut’ se empeñó en ir por dentro, cuando el planteamiento ultradefensivo del rival obligaba a abrir el campo para generar espacios.
Pero no fueron los únicos. En la segunda mitad fue el turno de Marc Cardona y Jordi Mboula. El delantero catalán demostró estar falto de ritmo y desconectado de la realidad del equipo. Lejos del área, apenas intervino y sumó otro partido más sin marcar. Y en el caso del extremo es una incógnita. Cuenta con unas cualidades físicas impresionantes, con el mejor desborde por velocidad de la plantilla, pero parece empeñado en hacer la guerra por su cuenta siendo poco productivo.
Febas, que cuenta con el beneplácito del cuerpo técnico, no jugó mal, pero tiene que ser mucho más determinante. Si Salva o Galarreta no están, él tiene que ser capaz de llevar el juego del equipo y ser mucho más decisivo. Murilo, que parecía abocado a vivir todo el año desde el banquillo, dejó algunos destellos de calidad, especialmente a pierna cambiada, pero juega a cuentagotas.
Junto a Lago Junior, desahuciado desde hace muchas jornadas –ahora se está recuperando satisfactoriamente de la covid–, Trajkovski es otro de los futbolistas que, cuando le ha tocado jugar, ha sido muy decepcionante. Todo lo contrario que con su selección, donde mete goles como churros. Sea como sea, al Mallorca le quedan siete finales y los once de Luis García tendrán que aguantar el tipo.
Fe de errores.
Algunas de las fotografías de la sección ‘Uno a Uno’ de la página 43 de la edición del domingo, del partido Castellón-Mallorca, no corresponden a los futbolistas que se analizan.
Horario Mallorca-Mirandés, sábado 1 de mayo a las 18:15 horas
El Mallorca se medirá al Mirandés el próximo sábado 1 de mayo, Día del Trabajo, en el Visit Mallorca Estadi a partir de las 18: 15 horas. El encuentro corresponde a la trigésimo séptima jornada del campeonato de Segunda División. En la primera vuelta, el encuentro disputado en Miranda de Ebro acabó con empate a cero.
